David Wilkerson
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Discernir
Por qué prosperan los falsos ministros (pastores, maestros, apóstoles y profetas)?
Piensa un poco en el currículo de Pablo: se formó como fariseo a los pies de Gamaliel quien, además de un reconocidísimo rabino, maestro de las Escrituras, era miembro del sanedrín y nieto de Hillel.
Hillel fue el maestro rabino que estableció una de las dos escuelas del judaísmo y el primer erudito que sistematizó la interpretación de la ley escrita.
Es decir, Pablo se formó con el nieto de Hillel, quien seguramente recibió de su abuelo la nata y crema de la fe judía.
Con sólo leer lo que escribe Pablo, nos damos cuenta de su nivel de erudición, además de la revelación. Incluso Pedro, quien convivió con Jesús tres años y medio, confesó que le resultaba difícil entender algunas cosas que decía Pablo.
Pablo también estaba habituado a resucitar muertos y dar muchas otras manifestaciones del poder de Dios.
Sin embargo, cuando Pablo llegó a la pequeña aldea de Berea, al sudoeste de Macedonia, sus habitantes recibieron la Palabra con alegría, pero no se dejaron llevar por el currículo de Pablo, sino que fueron a cotejar lo que él decía con lo que decían las Escrituras.
Resumiendo: los falsos ministros que hoy día estafan a la gente, prosperan porque no hacemos como los de Berea.
Nos impresionamos más con lo que ellos dicen que son y la "autoridad" que ellos dicen tener, que con lo que dice Dios en Su Palabra.
Diciéndolo de otra forma: mientras no empecemos a cotejar lo que nos dicen esos pomposos falsos ministros de hoy día con lo que dice Dios en Su Palabra, los falsos ministros prosperarán y arrastrarán a muchos al infierno.
"Yo he venido en nombre de mi Padre, y no me recibís; si otro viniere en su propio nombre, a ése recibiréis." (Juan 5:43)
Fuente: http://www.discernir.info/piensa.php
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