sábado, 9 de julio de 2011

LUIS PALAU, LA ASOCIACIÓN "ENLACE" Y EL ECUMENISMO


ECUMENISMO, LA NUEVA ERA, LA RELIGIÓN DEL ANTICRISTO:









“Quita de mí la multitud de tus cantares, pues no escucharé las salmodias de tus instrumentos” Amos 5:23

Este pasaje de las santas escrituras esta tomado del profeta Amos que profetizó en un tiempo de mucha apostasía del pueblo de Dios. Amos un hombre fastidioso y desagradable, con un mensaje insufrible y lacerante, que se ganó el repudio de los gobernantes y del clero de la época.

El pueblo decía agradar a Dios con sus cánticos y festivales, pero adoraba dioses ajenos, por tal razón, Dios rechazó categóricamente aquellas salmodias llenas de apostasía y de ecumenismo.

Esta realidad es la misma que se manifiesta en la inmensa mayoría de los evangélicos que pregonan avivamiento y conversión de millares de personas en medio de grandes espectáculos y rimbombantes eventos.


Como ya se ha dicho en otras oportunidades, la fuerte enseñanza dominionista o del “reino ahora”, ha cautivado a muchas iglesias evangélicas que, si bien en otro tiempo defendían la doctrina sana y bíblica, ahora han sucumbido ante la vanguardista propuesta de un seudo evangelio integrador, humanista, atractivo y efectista.

Ese es, en otras palabras, el motor de enseñanza y propuesta del afamado festival del predicador Luis Palau, considerado el Billy Graham de latinoamerica, siendo este último un evidente propagador del ecumenismo al servicio de Roma y muy admirado por Palau.

Ya se habla de la bendición de la llegada a Chile de Luis Palau con su promisorio festival y su impacto evangelístico, lo que nos trae a la memoria de tantos eventos de antaño en cuyas oportunidades supuestos “ungidos y siervos de Dios” anunciaban un tremendo avivamiento para esta nación y vociferaban que por la venida de este o aquel predicador, ahora sí “Chile sería para Cristo”

En lo personal, recuerdo al afamado pastor Eleodoro Torres que en el año 94 era el anfitrión de la visita a Chile del pastor Coreano David Yonggi Cho, y que contó con el apoyo de casi todo el liderazgo evangélico de renombre en Chile. Eleodoro Torres dijo textualmente en esa memorable visita del parque O’higgins: “Chile no será el mismo después de la venida de este siervo de Dios” – refiriéndose al Coreano Cho.

Como es sabido, el Pastor Cho vino a Chile, y esta nación siguió tal cual y es mas, aumentó la corrupción, la degeneración, la violencia, la explotación, el abuso y curiosamente, la apostasía en la iglesia. En otras palabras, cada vez que viene un “varón de Dios” como suelen llamarle los que acostumbran a adular a las personas, se produce una verdadera fiebre de fanatismo religioso. Tan solo recordemos las visitas del afamado Benny Hinn, Morris Cerullo, Claudio Freidzon, Marcos Witt, etc, que tanto desprestigio han traído a la iglesia evangélica.

Ahora es el turno de Luis Palau, un predicador a quien no le podemos llamar protestante de ningún modo, que nació en Argentina y que se nacionalizó estadounidense. Palau es otro de los tantos que se ha sumado a una nutrida lista de predicadores y televangelistas, que presas del pragmatismo y del afamado movimiento de crecimiento de la iglesia, han emprendido un rumbo de predicación de un evangelio efectista, farandulero y ecuménico.
Según Palau, no debemos poner énfasis en la doctrina que nos divide, sino en el amor y en los puntos en común que nos unen; frase tan clásica en todos aquellos que sirven a Roma a través del ecumenismo internacional.


Palau, ha incluido en sus cruzadas, un abierto y atractivo festival, en donde da cabida a todo credo religioso y según él, no importa que alguien sea católico, musulmán o evangélico, lo que importa es que cada uno sea “activo en su fe”. En otras palabras, la doctrina no importa ya que es la fe subjetiva y libre lo que al hombre lo hará salvo. En contraste la biblia enseña:
 
“Como te rogué que te quedases en Efeso, cuando fui a Macedonia, para que mandases a algunos que no enseñen diferente doctrina”
1 Timoteo 1: 3

“Pero el Espíritu dice claramente que en los postreros tiempos algunos apostatarán de la fe, escuchando a espíritus engañadores y a doctrinas de demonios” 1 Timoteo 4:1
“Ten cuidado de ti mismo y de la doctrina” 1 Timoteo 4:16
“Pero tú habla lo que está de acuerdo con la sana doctrina” Tito 2:1
“Si alguno viene a vosotros, y no trae esta doctrina, no lo recibáis en casa, ni le digáis: ¡Bienvenido!” 2 Juan 1:10

A diferencia de lo que enseña Palau, Dios en su infalible Palabra sí nos advierte de que la doctrina es importante y no es un asunto secundario del cual se puede prescindir so pretexto de unir los diversos credos.

Luis Palau promueve abiertamente, al igual que su mentor Billy Graham, el ecumenismo y el sincretismo religioso a través de sus campañas y festivales, donde participan cantantes y personas de la farándula de cada país donde se monta el show.
Los resultados, dice Palau, es lo que importa; supuestamente miles de personas se “convierten a Cristo”.


Pero, ¿es eso lo que enseña Dios en la sagrada escritura?
 
“Ellos son del mundo; por eso hablan del mundo, y el mundo los oye. Nosotros somos de Dios; el que conoce a Dios, nos oye; el que no es de
Dios, no nos oye. En esto conocemos el espíritu de verdad y el espíritu de error” 1 Juan 4: 5-6
“¡Ay de vosotros, cuando todos los hombres hablen bien de vosotros! porque así hacían sus padres con los falsos profetas” Lucas 6:26-27

El que una gran muchedumbre se sienta atraída por espectáculos como este, no debe de ninguna manera hacernos pensar que Dios apoya dichas iniciativas, ya que existiría una tremenda contradicción con los pasajes citados. Es evidente que Luis Palau es alabado por muchedumbres, gobernantes de la talla de George W. Bush, artistas, empresarios, sacerdotes católicos, musulmanes, etc., situación que nos debe hacer sonar una tremenda alarma.

Nunca la fama y la ovación de los hombres ha acompañado a los verdaderos seguidores de Cristo, acaso ¿Luis Palau es la excepción? 

Fabricando creyentes que levantan la mano.

Hace décadas, la gran mayoría de los predicadores del evangelio han adoptado una manera que puede transformarse en una verdadera fábrica de creyentes. Esta es la tónica que utiliza Luis Palau.

Se reúne a una multitud, se predica el evangelio con palabras melosas y suave música melancólica, y al final, el predicador invita a cerrar los ojos a todos y hace el clásico llamado a “levantar la mano” para “aceptar a Cristo”. Evidentemente, muchos de los asisten a esos eventos y presas de la emoción y no de la conversión, “levantan la mano” y se les dice: “Dios te bendiga ya eres un hijo de Dios”

No dudo que existan legítimos hermanos que hayan iniciado su camino cristiano de esa manera, no obstante, existen muchos conocidos que al corto plazo de haber vivido esa experiencia, retroceden y vuelven al mundo ¿por que? – Porque nunca fueron convertidos, sino solo convencidos y fabricados bajo una metodología que no aparece en la Biblia.
 
“Al oír esto, se compungieron de corazón, y dijeron a Pedro y a los otros apóstoles: Varones hermanos, ¿qué haremos?” Hechos 2: 37

Este pasaje nos habla del memorable primer discurso de apóstol Pedro, aquel rudo e impulsivo pescador, pero que por la gracia de Dios fue designado para ser el que abriría el reino de los cielos (mateo 16) con el sermón del día de Pentecostés. Sin duda, este episodio es un bíblico modelo de legítima predicación del evangelio.

Cabe señalar que Pedro nunca hizo el clásico y modernista llamado a “levantar la mano para aceptar a Cristo”, solo habla con denuedo del Señor y de su gloria, no había show, ni música, cantantes o payasos, y los oyentes convictos del Espíritu Santo, sienten compungido el corazón y realizan la pregunta de todo nuevo creyente ¿Qué haremos? A lo que Pedro replica:
 
“Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo” Hechos 2: 38

Como efecto de la predicación del legítimo evangelio de Cristo, los oyentes no se convierten, sino que son convertidos por medio de la intervención y el poder del Espíritu Santo quien los impulsa obedecer:
 
“Así que, los que recibieron su palabra fueron bautizados; y se añadieron aquel día como tres mil personas” Hechos 2:41

Esta experiencia es la que todo hijo de Dios vive el día de su conversión, cuya causa no fue la erudición del predicador, ni la música, ni la rutina del payaso, sino que el poder de la Palabra de Dios y la intervención del Espíritu Santo.
 
“Y cuando El Espíritu Santo venga, convencerá al mundo de pecado, de justicia y de juicio” Juan 16:8

Otro ejemplo de legítima conversión la encontramos en la experiencia de Pablo en Filipos.
 
“Entonces una mujer llamada Lidia, vendedora de púrpura, de la ciudad de Tiatira, que adoraba a Dios, estaba oyendo; y el Señor abrió el corazón de ella para que estuviese atenta a lo que Pablo decía. Y cuando fue bautizada, y su familia, nos rogó diciendo: Si habéis juzgado que yo sea fiel al Señor, entrad en mi casa, y posad. Y nos obligó a quedarnos” Hechos 16:14-15

Este episodio es extraordinariamente hermoso, ya que el texto nos dice con suficiente claridad, sin necesidad de otros comentarios para entender, que fue El Señor quien le abrió el corazón a Lidia para el día de su conversión cuyo sello fue su bautismo y la de su casa. Aquí tampoco el Apóstol Pablo hizo el clásico y modernista llamado a “levantar la mano para aceptar a Cristo”, fue el Señor que despertó a Lidia y la llamó de las tinieblas a la Luz del evangelio.

Finalmente no podemos dejar de citar el ejemplo de la conversión del carcelero de Filipo, quien después de la experiencia extrema en medio de una cárcel azotada por un violento terremoto, acude a Pablo y a Silas quienes a pesar de estar reos injustamente, en esas condiciones predicaban el evangelio.
 
“El entonces, pidiendo luz, se precipitó adentro, y temblando, se postró a los pies de Pablo y de Silas; y sacándolos, les dijo: Señores, ¿qué debo hacer para ser salvo? Ellos dijeron: Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo… Y le hablaron la palabra del Señor a él y a todos los que estaban en su casa….y en seguida se bautizó él con todos los suyos.” Hechos 16: 29-33

No existe registro de que Pablo o Silas hayan invitado al Carcelero a “aceptar a Cristo”, por el contrario, fue el mismo carcelero que movido por el Espíritu de Dios, acude a pedir auxilio y salvación.

Frente a esto, se debe resaltar que Pablo y Silas le predicaron la Palabra cuyo poder y efecto es el mismo que opera hoy, por tanto, el carcelero y su familia es convertida por la potencia del evangelio.

A miles de años de estos nobles episodios, una humanidad corrompida por el pecado, ha pretendido rebajar al Dios Creador, a un triste rol de limosnero que ruega a sus criaturas a que le acepten mediante un sufrido y suplicante llamado a “levantar la mano”. El poder de la Palabra ha sido reemplazado por esquemas circenses y de espectáculos seculares. No se cree en la “sola escritura” ahora es el hombre quien debe darle “una manito” a Dios para que sus criaturas se dignen a aceptar a su Hijo Jesucristo. ¡Que insulto al Señor! Cristo no es un payaso que desea entretener, bailotear con el mundo embriagado ni rogar a nadie. El es el Rey Soberano que hace lo que quiere y nosotros hombrecitos que debemos obedecer.
 
“Para que todos seamos uno”

Como es sabido, Luis Palau utiliza la misma consigna del movimiento ecuménico universal y que fue extraído fuera de contexto del evangelio de Juan y que versa así:
 
“para que todos sean uno…” Juan 17:21

Este texto fue adoptado por el afamado consejo mundial de iglesias desde su creación al finalizar la segunda guerra mundial. Evidentemente el CMI tomo mucho mas fuerza una vez finalizado el concilio vaticano segundo donde uno de los temas mas importantes fue justamente crear un fuerte impulso ecuménico para traer a todo un pueblo protestante de regreso a la tuición papal.

El texto de Juan 17:21 ha sido usado durante décadas por el movimiento ecuménico que ha promovido eventos de características masivas y con personajes tan afamados como Rex Humbard, Billy Graham, Paul Crouch o los actuales Benny Hinn, David Cho, Marcos Witt y el protagonista de este artículo, Luis Palau.

Ellos dicen que el texto de Juan 17:21 habla del ecumenismo y que debemos dejar de lado las diferencias doctrinales y unirnos en el lazo del amor. Linda premisa, pero ¿es eso lo que dice el texto?

Como siempre se ha dicho, “un texto fuera de contexto, es un pretexto”. El pasaje de Juan 17:21 jamás habla de la mixtura de diferentes credos ni menos plantea la idea del sincretismo religioso o la conciliación de la dialéctica.
El pasaje esta dentro de lo que se conoce como la “oración sacerdotal” del Señor Jesús, es cuando él intercede por los que iban a ser sus apóstoles y por su respectivo ministerio. Evidentemente el pasaje habla de la unidad de los apóstoles como seguidores de Cristo, y de los genuinos creyentes a través de la predicación de los apóstoles; jamás se menciona ni tan solo se sugiere algún concepto de ecumenismo como Roma y sus hijas lo presentan. Eso es torcer las escrituras.
La unidad de la que habla toda la biblia, en nada se asemeja a la premisa humana de unidad de conciencia universal o secretismo religioso. La legítima unidad esta en armonía a lo que Dios enseña en su Palabra y de acuerdo a su perfecta voluntad, por el contrario, aquella unidad que se desborda desde el corazón del hombre, viola desinteresadamente los principios que la Biblia enseña. El decir como Palau y lo que todos los ecuménicos del mundo enseñan, que hay que dejar las barreras doctrinales de lado, no es si no un desprecio deliberado de lo que la biblia enseña.


Los discípulos tenían muy en claro que la doctrina era lo mas preciado que tenían y que por eso se debía perseverar en ella.
 
“ Y (ellos) perseveraban en la doctrina de los apóstoles” Hechos 2:42
“Ten cuidado de ti mismo y de la doctrina” 1 Timoteo 4:16
“Pero tú habla lo que está de acuerdo con la sana doctrina” Tito 2:1
“Si alguno viene a vosotros, y no trae esta doctrina, no lo recibáis en casa, ni le digáis: ¡Bienvenido!” 2 Juan 1:10

Como vemos, estos textos entre tantos otros, desmoronan la sola humana idea del ecumenismo cuyo único interés es sumar mas y mas adeptos en la cabalgata de regreso a Roma y que al final tendrá como corona recibir con los brazos abiertos al personaje que la biblia lo llama el anticristo.

En lo personal, no me cabe ninguna duda que el festival de Luis Palau que se desarrollará en Chile en Octubre de 2010, será un hecho mediático, con cobertura de prensa, pompa evangélica y con resultados numéricos increíbles, pero eso de ninguna forma garantiza que sea Dios quien esta detrás de todo este montaje donde moros, idolatras, cristianos, políticos y farándula se unen para supuestamente escuchar el evangelio.

Las multitudes jamás han apetecido el mensaje genuino del Señor Jesús, por el contrario, la humanidad aborrece la luz y no viene a la luz para que sus obras no sean evidenciadas (Juan 3)

Amados hermanos, no nos dejemos mover de nuestra manera de pensar, creyendo que el evangelio tiene que ser embetunado de farándula y de suavidad para que la humanidad lo escuche y decida aceptar al Salvador.

La biblia enseña que Dios es soberano y que no necesita de nuestros aportes, ni ingredientes ni aditivos para hacer mas efectivo y eficiente el evangelio, el cual esta lleno de poder.
 
“Porque no me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree” Romanos 1:16

Que la gracia de Dios nos de humildad para creer su Palabra y no la que los hombres nos hablan, entendiendo y ponderando siempre que el poder no esta en el sembrador, sino que en la semilla. A Dios se la gloria por los siglos de los siglos. 

Amén.


Fuente: http://soloporgracia.wordpress.com/ 


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