Lucha Total Contra la Apostasía
Existen varias historias acerca del origen de los árboles navideños.
Hubo un tiempo que la gente de Escandinavia hasta los adoraba.
Otras culturas, incluyendo a los romanos, quienes adoraban cientos de dioses, creían que los ramos verdes de los árboles traían buena suerte.
Por su parte los alemanes fueron los que probablemente usaron los árboles como decoraciones navideñas.
Pero hasta en los tiempos bíblicos ya existía una costumbre parecida.
Después de todo, es el estándar Bíblico el que debemos usar para decidir positiva o negativamente.
"Oíd la palabra que ha hablado Jehová acerca de vosotros, oh casa de Israel. Así ha dicho Jehová: "No aprendáis el camino de las naciones, ni tengáis temor de las señales del cielo, aunque las naciones las teman. Porque las costumbres de los pueblos son vanidad: Cortan un árbol del bosque, y las manos del escultor lo labran con la azuela. Lo adornan con plata y oro; lo afirman con clavos y martillo para que no se tambalee. Son como un espantapájaros en un huerto de pepinos. No hablan; son llevados, porque no pueden dar un paso. No tengáis temor de ellos, porque no pueden hacer daño ni tampoco tienen poder para hacer bien" ( Jeremías 10,1).
El árbol de Navidad tiene una historia antigua mucho siglos antes que el Mesías naciera. La veneración y adoración de árboles como seres humanos fallecidos reencarnados es tan antigua como Babilonia, el inicio de la falsa religión.
En la Biblia, la adoración de estos sagrados árboles es llamada la adoración del árbol para Asera. Los paganos construían sus templos en lugares altos y luego plantaban los árboles sagrados representando la reencarnación cerca de sus altares.
Todo esto fue estrictamente prohibido por Dios. Deuteronomio 16, 21 dice: "No plantarás ningún árbol para Asera cerca del altar del SEÑOR tu Dios, que tú te habrás hecho".
Podemos notar por el verso anterior que nunca iba a haber un árbol plantado (o puesto) cerca del altar de Dios. Esto era para impedir que los pensamientos de ídolos paganos y falsos dioses de reencarnar en árboles, de siquiera tener un lugar cerca del culto del verdadero Dios.
Lo que quiero enfatizar en este tratado es que Dios no acepta el culto a ningún árbol, porque esto trae raíces babilónicas de maldad.
Aunque usted no lo haga con ese sentido, la maldición existe.
Fuente: https://www.facebook.com/LuchaTotalContraLaApostasia?fref=nf
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