Centro Rey
“Vinieron los fariseos y los saduceos para
tentarle, y le pidieron que les mostrase señal del cielo. Mas él
respondiendo, les dijo: Cuando anochece, decís: Buen tiempo; porque el
cielo tiene arreboles. Y por la mañana: Hoy habrá tempestad; porque
tiene arreboles el cielo nublado. ¡Hipócritas! ¡que sabéis distinguir
el aspecto del cielo mas las señales de los tiempos no podéis! (Mateo 16: 1-3)
INTRODUCCIÓN
Antes de entrar de pleno en la cuestión de los
últimos días, en los que ya estamos, entendamos primero como ha sido y
es el orden de Dios desde los inicios.
Así como la naturaleza nos da señal de lo que va a ocurrir
en términos naturales, el Señor a lo largo de la historia de la
humanidad, y muy específicamente en relación a Su pueblo, siempre ha
dado a conocer lo que ha esperado de ésta.
El Señor Jesús hubiera esperado de los dirigentes
religiosos de su época que hubieran captado que Él, el Mesías de Israel
estaba en medio de ellos. No obstante, lejos de eso, los fariseos y
saduceos, no sólo no lo intuían, sino que descaradamente le pedían de
continuo señales asombrosas para tentarle.
Podían discernir en cuanto a lo natural, pero siendo
supuestos hombres de Dios, no podían distinguir los tiempos en términos
espirituales; las sazones u oportunidades que Dios ha ido concediendo,
en ese caso, la misma venida del Mesías en medio de ellos.
Esto mismo está pasando hoy en día, cuando el regreso del Señor es inminente.
Por tanto, Dios quiere que seamos conocedores de todo lo que es y ha sido su mover hacia los hombres, a lo cual llamamos
dispensaciones,
es decir, resoluciones divinas hacia los hombres en cuanto a
diferentes tiempos, paralelas a Sus Pactos; todo lo cual está en la
Biblia.
En la Biblia encontramos los diferentes Pactos que Dios ha hecho con el hombre, así como sus diferentes dispensaciones.
Por tanto, podríamos encajar toda la historia de la humanidad en diferentes
dispensaciones, entendiendo mejor este término en el sentido teológico por:
“Un periodo durante el cual el hombre es puesto a prueba con referencia a cierta revelación específica de la voluntad de Dios” (C.I. Scofield)
El diccionario bíblico define la
dispensación o
dispensaciones, como:
“El trato ordenado con los hombres por parte de Dios en la variada administración de Sus caminos en distintos tiempos”
Claramente podemos contemplar siete diferentes
dispensaciones en las Escrituras.
Estas las llamamos:
1. La Inocencia; 2. La Conciencia; 3. El Gobierno Humano; 4. La Promesa; 5. La Ley; 6. La Gracia; 7. El Reino.
Nos vamos a fijar en las dos últimas:
La dispensación de la Gracia:
La Gracia (Juan 1: 17)
La gracia es
“la bondad de Dios
nuestro Salvador y su amor para con los hombres...nos salvó, no por
obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho” (Tito 3: 4, 5)
Entendiéndolo de ese modo, la gracia siempre contrasta con
la Ley, ya que esta última siempre demanda su cumplimiento, reclamando
justicia de parte del hombre, mientras que la gracia otorga la justicia
de Dios al pecador.
En la actualidad, estamos en la dispensación de la gracia todavía.
La dispensación del Reino (Efesios 1: 10)
“[El Padre] dándonos a conocer el misterio de su voluntad, según su beneplácito, el cual se había propuesto en sí mismo, de reunir todas las cosas en Cristo, en la dispensación del cumplimiento de los tiempos, así las que están en los cielos, como las que están en la tierra”. (Efesios 1: 9, 10)
Cuando termine la dispensación de la gracia, empezará la del reino.
Dios tiene su tiempo:
Como dijimos, Dios es un Dios de tiempos y de sazones, los
cuales tiene en su sola potestad (Hchs. 1: 6). Ha ordenado todas las
cosas para que todas tengan su cabal cumplimiento en su tiempo. Ese
tiempo no es el tiempo del hombre.
Por el cumplimiento de la profecía bíblica, sabemos que estamos al final de la dispensación de la gracia.
Veamos dos aspectos que implican nuestra cotidianidad al respecto:
I) LA IGLESIA
II) EL AUMENTO DE LA MALDAD
Empecemos:
I) LA IGLESIA
“Porque vendrá tiempo cuando no sufrirán la
sana doctrina, sino que teniendo comezón de oír, se amontonarán
maestros conforme a sus propias concupiscencias, 4 y apartarán de la
verdad el oído y se volverán a las fábulas” (2 Timoteo 4: 3, 4)
Más que nunca antes en la historia de la Iglesia, las ganas de oír
cuentos y fábulas, y el aumento de los fabulistas que ocupan grandes
púlpitos, es demencial.
“Pero con respecto a la venida de
nuestro Señor Jesucristo, y nuestra reunión con él, os rogamos,
hermanos, 2 que no os dejéis mover fácilmente de vuestro modo de
pensar, ni os conturbéis, ni por espíritu, ni por palabra, ni por carta
como si fuera nuestra, en el sentido de que el día del Señor está
cerca. 3 Nadie os engañe en ninguna manera; porque no vendrá sin que antes venga la apostasía, y se manifieste el hombre de pecado, el hijo de perdición…” (2 Tesalonicenses 2: 1-3)
Esa apostasía profetizada es una realidad hoy en día, y es
preludio del levantamiento del Anticristo, lo que nos lleva a entender
que el Arrebatamiento de la Iglesia está a las puertas.
Atendiendo a la Palabra más que nunca antes
“Por tanto, yo os protesto en el día de hoy, que estoy limpio de la sangre de todos; 27 porque no he rehuido anunciaros todo el consejo de Dios.
28 Por tanto, mirad por vosotros, y por todo el rebaño en que el
Espíritu Santo os ha puesto por obispos, para apacentar la iglesia del
Señor, la cual él ganó por su propia sangre. 29 Porque yo sé que
después de mi partida entrarán en medio de vosotros lobos rapaces, que no perdonarán al rebaño.30 Y de vosotros mismos se levantarán hombres que hablen cosas perversas para arrastrar tras sí a los discípulos. 31 Por tanto, velad, acordándoos que por tres años, de noche y de día, no he cesado de amonestar con lágrimas a cada uno” (Hechos 20: 26-31)
- Más nunca antes es preciso enseñar todo el consejo de Dios desde el púlpito.
- Más que nunca antes hay que ver como andamos ante Dios.
- Más que nunca antes es preciso cuidar de la verdadera grey.
- Más que nunca antes la infiltración en las iglesias evangélicas es un hecho.
- Más que nunca antes la herejía y los herejes vestidos
de piel de cordero (G12, D12, Nueva Reforma Apostólica, Dominionismo,
Movimiento Emergente, etc. etc.) buscan el arrastrar a los fieles hacia
la apostasía.
- Más que nunca antes es menester VELAR.
El ataque desde el Vaticano, por activa y por pasiva
A poco menos de un mes de que Bergoglio haya
sido hecho jefe vaticanista, el cardenal emérito de Washington,
Theodore McCarrick, cree que el sumo pontífice puede "cambiar de arriba
abajo" la región latinoamericana con “su nuevo mensaje”. En cuanto a
los viajes que “Francisco” tiene previstos hacer, a Brasil, en julio, y
a Argentina y Chile, en septiembre, ha dejado claro, que FRENAR EL
AVANCE DE LA IGLESIA EVANGÉLICA deberá ser una prioridad.
http://internacional.elpais.com/internacional/2013/04/08/actualidad/1365440704_778230.html
Lo antiguo: lo malo/Lo nuevo: lo bueno
“…sobre esta roca edificaré mi iglesia; y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella” (Mateo 16: 18)
El propósito de Satanás es el de destruir la Iglesia, y lo intentará
hasta el final. El engaño a la Iglesia ya no es desde afuera sólo,
sino desde adentro.
Infiltración
La ocultista Alice Bailey (mística profeta del ocultismo, y
madre del Movimiento de la Nueva Era), reveló un ingenioso plan en
su libro “
La Exteriorización de la Jerarquía” (1957) por el
cual agentes de la Cábala se iban a infiltrar en la Iglesia Cristiana
para modificar su mensaje, transformándolo en un instrumento para la
Religión Universal del siglo XXI.
Alice Bailey declaró en su libro al respecto:
"Surgirá la Iglesia Universal,
y sus contornos definidos van a mostrarse hacia el final de este
siglo... la iglesia cristiana en sus muchas ramas puede servir como
núcleo a través del cual la iluminación del mundo se puede lograr... la
iglesia como un factor de enseñanza debe tener las grandes doctrinas
(rompiendo las viejas formas en las que se expresa)" (Alice Bailey, La Exteriorización de la Jerarquía, 1957, Lucis Publishing.)
Usando la iglesia visible para difundir la enseñanza y espíritu luciferino.
Esa es la intención.
Alice Bailey rechazó el Cristo de la Escritura para
abrazar un Cristo diferente debido a su aceptación de un sistema de
creencias ocultas. La mayoría de las personas no se dan cuenta de cuán
importante ella fue para la conformación de la nueva religión mundial
que vemos hoy en día surgir.
“Alice Bailey”
Benjamin Crème el portavoz del cristo de la Era de Acuario, declaró:
"Los trabajadores en el ámbito
de la religión formularán la plataforma universal de la nueva religión
mundial. Es una obra de síntesis viva y hará hincapié en la unidad y
la comunión del espíritu" (“Reaparición del Cristo” pp. 168-159).
Esos “trabajadores del ámbito de la religión” en cuanto lo
evangélico se trata, son infiltrados, falsos maestros, falsos
profetas, falsos pastores, falsos apóstoles.
De ahí todo este énfasis en el mundo neopentecostal sobre
el gran avivamiento mundial, la tremenda reforma mundial, la conquista
de las naciones, etc.
Pero eso está muy bien planeado, y es parte del gran engaño hacia la Iglesia.
“Benjamin Creme”
Como escribe el nueva-erista Brad Steiger:
"Casi todos los
observadores de la escena espiritual contemporánea parecen estar de
acuerdo en que hay una especie de nuevo Pentecostés ocurriendo en este
momento, algún tipo de proceso de despertar espiritual en marcha" (Brad Steiger, “Dioses de Acuario (Nueva York, 1976), p. 222)
Usando términos de la Kabala (ocultismo) escribe el falso apóstol Rony Chaves:
“El
Año 5773 (el 2013), está totalmente relacionado al número 73 y con
este a las letras hebreas correspondientes a esos números, estas son
AYIN GIMEL, cuyo significado profético está directamente relacionado
con el: CAMELLO y el TRIÁNGULO”
César Castellanos en ese sentido escribe en su libro “Liderazgo de éxito a través de los 12” pág. 389:
“Este presente de inquietud y preocupación, hace que el hombre vislumbre el futuro de manera desesperanzada, sin embargo, estamos a tiempo de plantear la respuesta de aliento a todos aquellos que dudan de un mañana mejor”(énfasis nuestro)
De acorde a las enseñanzas del movimiento de la Nueva Era, para que se pueda entrar en el “
nuevo paradigma”, se debe abandonar el “
viejo paradigma”.
Lo antiguo quedó ya obsoleto, y es preciso un “cambio de
paradigma” – dicen – y en ese sentido así se expresa César Castellanos,
líder del G12:
“Dios anhela establecer una
revolución espiritual en su Iglesia, y cambiar la vieja mentalidad que
afecta al cuerpo de Cristo…si quieren que haya multiplicación, no
pueden seguir en el viejo paradigma” (César Castellanos; Liderazgo de éxito a través de los doce, pág. 394; Primera Palabra)
Esto implica un cambio, no sólo en la forma, sino en el
fondo de hacer iglesia. Cambios de orden doctrinal y otros, son los que
proponen. Nada tiene que ver una iglesia del G12 con una iglesia
verdaderamente evangélica.
Todo ello obedece a ese proceso de transformación por la infiltración, enseñada y anunciada por Alice Bailey y Benjamin Creme.
El proceso de infiltración en la iglesia evangélica, ha sido una constante a lo largo de los años.
“Castellanos y Luna, son dos de los promotores principales del fatídico G12”
El falso mover apostólico y profético (Nueva Reforma Apostólica)
“Porque éstos son falsos apóstoles, obreros fraudulentos, que se disfrazan como apóstoles de Cristo. Y no es maravilla, porque el mismo Satanás se disfraza como ángel de luz. Así que, no es extraño si también sus ministros se disfrazan como ministros de justicia; cuyo fin será conforme a sus obras” (2 Corintios 11: 13-15)
Hoy en día, muchos exhiben sus propias credenciales de
“apóstol”, como si de un oficio, de un cargo, o de un título se
tratara.
Se llaman a sí mismos: “apóstol fulano de tal”; se
presentan a los demás de esa manera, lo llevan impreso en sus
tarjetas de visita, y hasta en sus rostros. Lo mismo ocurre, con mayor
o menor incidencia, con los llamados profetas y profetisas.
Se ha convertido en una fiebre últimamente. Algunos de
los que antes eran “simples” y sencillos pastores de congregación,
ahora han “ascendido” de posición y categoría, y son
apóstoles.
El G12 de Castellanos, Luna, etc.
Otra de esas estrategias de infiltración, son los falsos
“modelos”, y uno de ellos es sin duda alguna el G12 en cualquiera de
sus versiones:
- G12, de César Castellanos.
- D-12 de Cash Luna; llamado “Modelo de Jesús”
- Con otros nombres, pero que es lo mismo (E12, M12, etc.)
Prestemos atención
El Señor no va a esperar a enviar a Su Hijo hasta que
nosotros los cristianos pongamos a Sus enemigos por estrados de Sus
pies (S. 110: 1; 1 Co. 15: 24, 25; Hchs. 2: 34), eso lo hace el Padre.
El Señor no va a esperar a enviar a Su Hijo hasta que nosotros los
cristianos tomemos el control del poder de las naciones, sus
gobiernos, y sus riquezas, eso lo hará el Hijo en Su venida gloriosa
(Dn. 2: 44, 45; Zac. 14; Ap. 19: 11ss, etc.)
El Señor no va a esperar a enviar a Su Hijo hasta que
nosotros los cristianos triunfemos sobre la tierra, conquistemos y
discipulemos las naciones, y seamos pastores de multitudes, porque todo
eso
no nos lo ha mandado.
El Señor no va a esperar a enviar a Su Hijo hasta que
nosotros los cristianos establezcamos el Reino, eso lo va a hacer el
Hijo en Su venida gloriosa.
El Señor no va a esperar a enviar a Su Hijo hasta que se
produzca el Gran Avivamiento de las Naciones. Ese avivamiento no es
para esta dispensación, sino que será en el Milenio (Hab. 2: 14; Is.
11: 9 ver contexto). Otra vez, a partir de que Jesucristo regrese en
gloria.
Conclusión: No van a ser mejores ni más “gloriosos” los
días que están por venir en relación a lo que comúnmente entendemos
como iglesia visible.
II) EL AUMENTO DE LA MALDAD
“Porque se levantará nación contra
nación, y reino contra reino; y habrá pestes, y hambres, y terremotos
en diferentes lugares. 8 Y todo esto será principio de dolores. 9
Entonces os entregarán a tribulación, y os matarán, y seréis
aborrecidos de todas las gentes por causa de mi nombre.10 Muchos
tropezarán entonces, y se entregarán unos a otros, y unos a otros se
aborrecerán. 11 Y muchos falsos profetas se levantarán, y engañarán a
muchos; 12 y por haberse multiplicado la maldad, el amor de muchos se
enfriará” (Mateo 24: 7-12)
La maldad se está multiplicando en todas las esferas, y el amor se está enfriando.
Los días de Noé
“Mas como en los días como los de Noé, así será la venida del Hijo del Hombre” (Mateo 24: 37)
El Señor Jesucristo no nos dijo el día en que iba a volver
(Mt. 24: 36), pero nos dio, entre otras, una pista: Su venida gloriosa
sería como en los días que fueron como los de Noé.
Lo primero que podemos destacar de esos días aludidos, es
que en absoluto fueron días de triunfo y conquista. En absoluto fueron
días de establecimiento del Orden Divino sobre la tierra conforme a
pureza, santidad y temor de Dios, sino, de forma radical, todo lo
contrario:
Los días de Noé:
“Y vio Jehová
que la maldad de los hombres era mucha sobre la tierra, y que todo
designio de los pensamientos del corazón de ellos era de continuo solamente el mal” (Génesis 6: 5)
El estudiar los días que fueron los de Noé y los de Lot,
nos va a ayudar a entender varias cosas. Una de ellas es acerca de los
tiempos actuales, otra, la tremenda similitud de aquellos días con
estos de ahora.
Los días de Noé: El materialismo y ateísmo práctico, como fundamento y base para la maldad
La gente antediluviana era materialista, ocupada de las
cosas temporales, viviendo como si no hubiera Dios en el Cielo ni en la
Tierra. Vivían ausentes de Dios. Eran, por tanto, impíos.
A pesar de la tremenda violencia y maldad que
caracterizaba aquellos días de Noé, el Señor Jesús no enfatiza ese
hecho, sino que más bien va a la raíz del asunto: a la preocupación
enfermiza de las personas de aquel tiempo por las cosas mundanas de la
vida diaria. El Señor lo expuso del siguiente modo:
“Porque en los días antes del diluvio, estaban comiendo y bebiendo, casándose y dándose en casamiento” (Mateo 24: 38)
Vemos que la expresión de perversión y maldad en general,
son fruto y consecuencia de un dar la espalda a Dios, y vivir conforme
al sentido de la libertad en auto suficiencia, que no es otra cosa sino
libertinaje, y por tanto, rebelión contra Dios.
Los días de Noé: Rechazo de la Palabra de Dios
A pesar de las advertencias de Noé, pregonero de justicia
(2 Pr. 2: 5), las gentes no escucharon, sino que se mantuvieron
indiferentes, y aún burlándose. Estaban seguros en sí mismos,
prescindiendo de lo que Dios tuviera que decir; en este caso, que Su
juicio iba a ser inminente, cosa que jamás creyeron.
Jamás tomaron en serio a Dios, menos todavía a su portavoz, Noé.
Noé fue en este sentido un tipo de iglesia fiel, que
predica la Palabra de Dios. Tristemente, no sólo los actuales impíos
actúan de forma similar a los hombres del mundo antiguo, sino que
muchos creyentes, a modo de la mujer de Lot, tampoco, viviendo en su
cotidianidad secularizada, como si nunca fuera a volver el Señor a por
los Suyos. Muchos de seguir así, no estarán listos para cuando Él
regrese.
El tiempo previo a los días de Noé
La acción de los juicios de Dios, siempre llega cuando la
maldad sube a su máxima expresión sobre la tierra. Fue así con Sodoma y
Gomorra (Gn. 19), fue así en relación con los amorreos, habitantes de
Canaán (Gn. 15: 16); fue de igual modo con la humanidad antediluviana, y
será así, sin lugar a dudas, con la humanidad actual. Esto constituirá
el fin del tiempo de los gentiles (ver Lc. 21: 24; Hchs. 15: 7; Ro. 11:
25, Ap. 6-19; etc.)
Por ello, nos será muy útil entender cuáles fueron los
días previos al colmo de la maldad que hizo que Dios tuviera que
exterminar aquella creación, excepto ocho personas y muchos animales.
a. Caín, y los hijos de Caín:
Después de la caída de Adán y Eva, el relato del Génesis
nos habla con cierto detalle de un personaje, el primogénito de esos
dos primeros seres humanos, y fruto directo de su rebelión: Caín.
Caín, asesino de su hermano Abel, fue el prototipo de la
maldad en el hombre desde el principio. Tanto es así, que se podría
hablar del
espíritu de Caín cuando nos referimos a la maldad
humana. Era tan malévolo ese hombre, que los demonios tomaron un
tremendo lugar en él y también en su descendencia.
Impiedad y apostasía de Caín
Una vez, Caín trajo del fruto de la tierra una ofrenda a
Jehová (Gn. 4: 3). Esa ofrenda no iba a ser acepta por Dios porque
provenía de una tierra corrompida, maldita por causa del pecado (Gn. 3:
17), y todo lo que Caín quiso ofrecer a Dios era fruto de maldición,
porque su corazón iba a la par con ella. Todo ello representaba su
pertenencia a un mundo bajo condenación.
Sin embargo, Abel dio una ofrenda a Dios que sí aceptó con
agrado. La sangre de lo mejor y más estimado de los primogénitos de
sus ovejas, representaba el póstumo sacrificio del Cordero de Dios; el
Hijo de Dios, el primogénito de toda creación (Col. 1: 15), como
ofrenda por la redención de la humanidad.
Cuando Caín vio que no consiguió agradar a Dios (aunque no
buscaba hacerlo), buscó el agradar a su dios, al maligno, al cual a
sabiendas o no, servía. Sin lugar a dudas, Caín fue el primer satanista
de la historia de la humanidad. Caín entregó a su hermano a la muerte,
muerte de la cual Satanás iba a tener por aquel entonces el imperio
(ver He. 2: 14b). La sangre del justo Abel que derramó, fue ofrenda al
diablo (véase bien Gn. 4: 11). Toda sangre injustamente derramada por
el hombre, es ofrenda y poder para el maligno, porque en la sangre está
la vida (Lv. 17: 11)
Por aquel entonces, el diablo estaba “tomando” su lugar en
este mundo (1 Jn. 5: 19b). Por ello, a la par de su devenir inicuo,
Caín encabezó lo que podríamos denominar el avance tecnológico y
cultural de aquellos primeros tiempos. Muchos de esos logros fueron por
inspiración y dirección satánicas.
El inicio de los viajes
En Génesis 4: 16, vemos acerca del
inicio de los viajes.
Caín sale de la presencia de Jehová, y por su cuenta y riesgo –
principio de la auto suficiencia y rebelión - fue a habitar a otro
lugar, a tierra de Nod, (la tierra del errante Caín)
Así fue en el principio, y así sería en el final de los
tiempos, es decir, en estos días. El ángel le dice a Daniel que en el
tiempo del fin muchos irían de aquí para allá (Dn. 12: 4b). Nunca antes
se ha viajado tanto en este planeta como en estos tiempos.
Surgimiento de las ciudades
En Génesis 4: 17, vemos acerca del
surgimiento de las ciudades.
Esa es la primera referencia en cuanto a la formación de las ciudades.
A partir de ese momento, la saga de Caín empieza a formarse y a
establecerse por esa tierra bajo maldición, por la que había ido
errante.
Ganadería industrial; industria metalúrgica; industria musical
En Génesis 4: 20-22, vemos acerca del
surgimiento de la ganadería industrial,
la industria metalúrgica, y
el surgimiento de los instrumentos musicales.
Siempre que la humanidad ha experimentado un progreso
significativo en cuanto a lo material y al bienestar, no ha ido
excluido esto de apostasía y surgimiento de la maldad.
Caín y su descendencia reemplazaron a Dios por el
materialismo. Todas estas cosas que conformarían el mundo y sus deseos (1 Jn. 2: 15-17); cosas no en sí malas, pero provenientes del
espíritu de Caín, llegarían a ser lo más importante en los días de Noé, exactamente como lo son hoy en día.
Es de todos sabido, que cuando servimos a lo material, ya
no servimos al Dios que lo creó, venimos entonces a ser adoradores de
Mamón y sus anexos.
Esa dependencia de lo material, devenga en un ateísmo práctico el cual proveniente del
espíritu de Caín, fue en los días de Noé, así como lo es hoy en este mundo que cada vez más le da la espalda a Dios.
Adulterio y violencia
Sumándose al amor por lo material, en los días de Caín surgieron
la poligamia y
de nuevo
la violencia (Gn. 4: 19, 23, 24). Esto llegó magnificado hasta los días de Noé... ¿y no les suena familiar hoy en día?
La violencia de todo tipo es moneda de cambio cada minuto
de cada día en cualquier lugar del planeta. Y si hablamos de poligamia,
también; ¿De cuántos adulterios podríamos hablar, incluso entre
aquellos que se llaman cristianos?
Así pues,
vemos una conexión entre la maldad y el progreso en lo material.
El progreso no es malo en sí, pero siempre ha ido acompañado de la
iniquidad desde Caín. De nuevo vemos en el libro de Daniel, que el
ángel le informa al profeta acerca de la ciencia que iba a aumentarse en
el tiempo del fin (Dn. 12: 4), y díganme, ¿no son estos, y sin
precedentes, los días del aumento de la ciencia y del conocimiento?
b. Set, y los hijos de Set:
La Biblia nos dice que en aquellos días de expansión del
espíritu de Caín, Adán y Eva tuvieron a Set. Pasaron muchos años (Gn. 5: 3) desde el principio, y Dios en su misericordia, les concedió un
sustituto
de Abel, porque eso es lo que Set significa. Si Abel hubiera
representado a la humanidad temerosa de Dios, Set proseguiría en esa
misma línea.
Leemos que en cuanto a la descendencia de Set,
“los hombres comenzaron a invocar el nombre de Jehová”
(Gn. 4: 26). De esa genealogía, con los años, nacería Noé. De hecho,
para los días de Noé, sólo él representaría a Set y su búsqueda de
Dios.
Sólo un hombre, Noé, no era suficiente para aplacar la
justa indignación y juicio de Dios. Inexorablemente, la destrucción
vendría sobre toda la faz de toda la tierra.
III) La maldad de los hombres en los días de Noé y de hoy
Ya en el tiempo de Jared, padre de Enoc, padre de Matusalén, abuelo de Noé (Gn. 5: 16-21), “la maldad de los hombres era mucha en la tierra, y todo designio de los pensamientos del corazón era de continuo el mal” (Gn. 6: 5). Conforme a Génesis 6: 1. esto ocurrió coincidiendo con la multiplicación de los hombres sobre la faz de la tierra.
De igual manera, en estos días nuestros, la maldad ha
proliferado sin freno desde el momento en que, a raíz de la revolución
industrial de finales del siglo XIX y el consiguiente culto a lo
material, la población mundial fue aumentando vertiginosamente llegando
a los más de 6 mil millones y medio actuales, cantidad inconcebible
hace sólo 70 años atrás.
Insistimos. Ha sido y es el culto a lo material, a lo
creado. Se ha ido sustituyendo el culto a Dios, por el culto a la
criatura. La maldad subsiguiente es obvia, como subproducto de la
adoración a las cosas antes que al Creador. En Romanos leemos toda una
lista de esa malignidad, cito: deshonra de los cuerpos; pasiones
vergonzosas, lesbianismo, homosexualidad, lascivia encendida hombres
con hombres y mujeres con mujeres; atestados de injusticia,
fornicación, perversidad, avaricia, maldad, envidia, homicidio
(aborto), engaños, soberbia, deslealtad, etc. etc. (Ro. 1: 26-31)
Sin lugar a ninguna duda, los mismos días de Noé, son los
días de hoy, no obstante, aun y viviendo en los días como los de Noé,
una inmensa cantidad de personas ni siquiera se da cuenta de la
realidad.
IV) LOS DÍAS COMO LOS DE LOT
“Asimismo como sucedió en los
días de Lot; comían, bebían, compraban, vendían, plantaban, edificaban,
mas el día en que Lot salió de Sodoma, llovió del cielo fuego y
azufre, y los destruyó a todos. Así será el día en que el Hijo del
Hombre se manifieste” (Lucas 17: 28-30)
Como vemos, el Señor Jesús también comparó los días de Su regreso a los días como los que vivió Lot.
Como comparó el día de Su venida con los días de Noé, esta
vez tampoco el Señor en primera instancia nos habla de “grandes”
pecados. Si nos damos cuenta, según la norma del hombre natural,
llevaban sus vidas. Por ello, era una cotidianidad totalmente ausente
del temor de Dios, materialista a ultranza, como la de hoy en día.
Como dice MacArthur: “Ninguna
de las cosas citadas por Jesús en relación con los días de Noé o de Lot
era pecaminosa en sí misma, pero las personas estaban tan absorbidas
en las cosas de esta vida, que no estaban preparadas en lo más mínimo
para la llegada inminente del juicio”
En Ezequiel, leemos al respecto de Sodoma y las demás ciudades destruidas por el juicio de Dios:
“He aquí que esta fue la maldad de Sodoma: soberbia, saciedad de pan, y abundancia de ociosidad tuvieron ella y sus hijas...” (Ezequiel 16: 49)
Esto mismo es lo que está ocurriendo en esta sociedad materialista actual:
saciedad de lo necesario, y saciedad de lo innecesario.
A esto hay que añadir las diferentes abominaciones que caracterizaron a Sodoma (de donde viene la palabra
sodomita, es decir,
homosexual). Seguimos leyendo en Ezequiel:
“Y se llenaron de soberbia, e hicieron abominación delante de Mí, y cuando lo vi, las quité” (Ez. 16: 50)
Fueron quitadas de la vista de Dios, porque fueron
destruidas por fuego y azufre. Esas ciudades de los días de Lot se
llenaron de orgullo – llegaron a creer que podían subsistir por sí
mismas sin necesidad de Dios, como ocurre hoy en día – e hicieron todo
tipo de abominación, exactamente como ocurre hoy en día.
La abominación que acaece en nuestro tiempo es como la de
los días de Lot. Sólo de un poco a esta parte, los “matrimonios” entre
personas del mismo sexo, y hasta la adopción de niños por parte de
ellas son una lamentable y abominable realidad. Lo sintomático de esto,
es que relativamente no ha habido protestas masivas. Se ha creído el
engaño de que hay que aplicar el principio de la tolerancia aquí, pero
en realidad han aprendido a llamar a lo bueno malo y a lo malo bueno.
Ni digamos ya del aborto, que es asesinato, de la
pederastia, de la violencia de género, del terrorismo de diferente
signo, y de un sinfín de malignidades que existieron en los días de Noé
y de Lot, aunque sin lugar a dudas, la peor de todas, es la de
rechazar al Salvador, cumpliéndose así la palabra:
“¿Cuánto mayor castigo pensáis que merecerá el que pisoteare al Hijo de Dios, y tuviere por inmunda la sangre del pacto...?” (Hebreos 10: 29). Curiosamente, esta es una abominación en la que no participó la gente de Sodoma y Gomorra (ver Mt. 10: 15)
Cuando un individuo o sociedad se entregan por completo al
hedonismo (búsqueda del placer por el placer), y a la libertad
individual mal entendida, y eso siempre puede ocurrir cuando hay
saciedad de pan, y abundancia de ociosidad,
la consecuencia siempre es soberbia, abominación y todo tipo de
perversión. Ese fue el fruto de Sodoma y Gomorra, y lo es el de esta
sociedad global.
Jesús lanzó al aire una pregunta:
“Cuando venga el Hijo del Hombre, ¿hallará fe en la tierra?” (Lc. 18: 8), y la respuesta la encontramos en Mt. 24: 37 y en Lc. 17: 26; 28-30: Los días como los de Noé y como los de Lot.
Los días como los de Noé y como los de Lot en los que el Señor volverá, no son días de fe en la tierra, avivamiento y gloria, sino de mucha maldad y apostasía.
El mundo va mal, pero es por el pecado
Claro que el mundo está mal, pero es a causa del pecado, a
causa de la transgresión y de la terrible iniquidad que existe hoy en
día (Mt. 24: 12), y eso no cambiará por “arte de magia”, o por llegar a
tal o cual fecha, o por estar en un punto u otro de la galaxia, o por
dejar ciertos patrones de tradición, sino ¡por recibir a Cristo!
“Pero nosotros esperamos, según sus promesas, cielos nuevos y tierra nueva, en los cuales mora la justicia” (2 Pedro 3: 13)
Que los impíos no entiendan, es normal:
“Pero si nuestro evangelio está aún encubierto, entre los que se pierden está encubierto; en los cuales el dios de este siglo cegó el entendimiento de los incrédulos, para que no les resplandezca la luz del evangelio de la gloria de Cristo, el cual es la imagen de Dios” (2 Corintios 4: 3, 4)
Concluyendo
En lo natural, las cosas no irán a mejor en
este mundo, el cual está destinado al juicio ineludible de Dios, como
lo estuvo el mundo de Noé, el cual fue enteramente destruido por agua.
Este mundo adversario de Dios, no tiene ninguna esperanza,
ya que Dios se ha propuesto destruirlo cuando la maldad del mismo
llegue a su colmo, tal y como ocurrió en su día con el habitante de
Canaán (el amorreo), y con Sodoma y Gomorra.
Ante todas estas cosas que están por venir a este mundo,
la verdadera Iglesia que todavía está en él, pero que no es parte de
él, debe más que nunca buscar su diaria santificación en Cristo,
obrando para Él, y velando para el Arrebatamiento, porque no sabemos el
día ni la hora en que el Hijo del Hombre ha de venir (Mt. 25: 13),
aunque de seguro, ese día está al caer, porque nosotros no estamos en
tinieblas para que aquel día nos sorprenda como a ladrón (1 Ts. 5: 4).
Fuente: http://www.centrorey.org/escatologia/esc_29.html
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