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USELS
En el ámbito de las “teorías de la conspiración” y la información alternativa es muy frecuente encontrarse con premisas nuevaeristas del estilo pseudoesotérico de gurúes modernos. Existen algunos casos como Matías Di Stéfano, que han sabido vender sus “enseñanzas”, generando ganancias millonarias. Sin embargo, pocos adeptos de ese tipo de creencias conocen el origen de la corriente ni sospechan que en realidad sus creencias son fruto de una amalgama generada por la CIA en los años 60′s, para eliminar la creciente conciencia política que volvía peligrosa a la juventud estadounidense por aquellos años.
El movimiento de la nueva era estuvo estrechamente ligado a diversas operaciones secretas de la CIA y de la KGB, dentro del contexto de la Guerra Fría. Y es que este movimiento y sus líderes tuvieron mucho que ver con el desmantelamiento de la “Revolución del 68”; el inicio del terrible fenómeno del narcotráfico y el consumo masivo de drogas entre la juventud; el auge de diversas sectas orientalistas y, aunque parezca sorprendente, la caída de la URSS.
Las revueltas estudiantiles de los años 60 y principios de los 70 del pasado siglo supusieron un duro golpe para el establishment de las sociedades occidentales de esa época. En Francia, Gran Bretaña y los Estados Unidos, las tres naciones más comprometidas en la lucha contra el “telón de acero”, se estaba gestando algo que los líderes políticos no comprendían.
Sus jóvenes más brillantes, los universitarios que dirigirían los destinos de sus respectivos países en la próxima década, se habían transformados en unos radicales antisistema.
Revueltas callejeras, manifestaciones,
creación de organizaciones pacifistas o de acción política, mítines y
todo tipo de iniciativas tendentes a promover un cambio en la sociedad
tuvieron lugar durante esos años. En USA esta situación se agravó
todavía más con las protestas contra la guerra de Vietnam. En los
centros de poder del mundo occidental altos mandos de los servicios
secretos, del ejército y del gobierno se reunían para intercambiar
informes e impresiones sobre lo que estaba sucediendo.
La conclusión a la que llegaron las
mentes pensantes de la CIA es que se estaba gestando un movimiento
revolucionario en el mismo corazón del “mundo libre”. Y lo que era
todavía peor: intelectuales, filósofos, profesores y gentes de gran
altura intelectual y un enorme peso en la opinión pública se estaban
adhiriendo al nuevo movimiento. Para los analistas de la CIA y de los servicios secretos británicos la situación se tornaba de una gravedad extrema.
Los más pesimistas proyectaban un futuro nada tranquilizador. Esos
jóvenes revolucionarios filocomunistas ocuparían puestos importantes en
la estructura social de sus países. Los servicios de inteligencia, los
partidos políticos, el ejército, las universidades, todos los sectores
de la sociedad estarían “infiltrados” por izquierdistas radicales, todos
ellos posibles agentes de la URSS. Es más, muchos políticos y militares
vieron en este nuevo movimiento social de carácter antisistema la mano
oculta de la temida KGB. La solución, según diversos autores, no
consistió en acabar con el movimiento, sino en transformarlo,
despojándolo de todo activismo político.
Ocultismo, drogas y rock and roll
El plan consistió en “cambiar el punto de atención” de los nuevos revolucionarios. Sus esfuerzos debían dirigirse hacia otras cuestiones, no hacia la meta de promover un cambio político.
De este modo, en pocos años, el activo movimiento, que nació con unas
metas bastante claras, acabó desinflándose y cayendo en la más absoluta
anarquía, hasta desaparecer.
La finalidad de esta operación de largo
alcance diseñada por la CIA y los servicios secretos británicos era
introducir dentro del movimiento revolucionario juvenil tres nuevos
elementos: las creencias esotéricas, mágicas y ocultistas; el consumo masivo de drogas y la aceptación del nuevo sonido del rock and roll.
Con estos tres elementos los antropólogos y sociólogos de las
inteligencias británica y norteamericana pensaron que lograrían que los
jóvenes idealistas entrasen en un proceso de alejamiento del mundo real,
lo que conllevaría la pérdida de sus objetivos políticos.
Y todo apunta a que estos planes
tuvieron éxito. La música rock se transformó en un fenómeno juvenil de
masas, atrayendo la atención de millones de adolescentes; las drogas se
convirtieron en algo habitual en los campus universitarios
estadounidenses, provocando la destrucción de toda una generación y las
filosofías y sectas orientalistas llegaron a occidente. Muchos de los
líderes de las revueltas de los años sesenta terminaron militando en
sectas como los Hare Krishna, Meditación Trascendental y similares, y
otros muchos fundaron o se convirtieron en militantes del “Movimiento
del potencial humano”, que se centraba en el estudio de la astrología,
la sabiduría de oriente, la hipnosis, las facultades paranormales del
hombre, el yoga, la meditación o el desarrollo de la intuición entre
otras cuestiones.
El potencial humano se transformaría más tarde en el ya masivo y popular movimiento de la nueva era. Pero,¿de
dónde obtuvieron los antropólogos y sociólogos de la CIA y la
inteligencia británica la idea de combinar música rock, drogas y
creencias mágicas?.
Según informaciones provenientes de Prioridad Internacional, una prestigiosa revista de circulación restringida especializada en cuestiones de inteligencia, nada más y nada menos que de
los rituales de iniciación de diferentes pueblos indígenas y de varias
ceremonias de los adoradores de la diosa Isis en los imperios egipcio y
romano.
En estos rituales se unían las creencias
mágicas –los dioses o los espíritus hacían acto de presencia en la
ceremonia–; el consumo de sustancias alucinógenas como el peyote, el
mescal u otras para comunicarse con los espíritus y lograr el trance, y
una música de tambores repetitiva y rítmica con la finalidad de provocar
un estado alterado de conciencia. Para Prioridad Internacional uno de
los principales agentes de esta operación fue el famoso escritor Aldous Huxley.
El autor de Un Mundo Feliz, La máquina
del Tiempo o La Isla del Doctor Moreau colaboró ya desde su juventud con
la inteligencia británica y fue miembro fundador de la “Mesa Redonda de
Rhodes”, una organización entonces comandada por Arnold Toynbee a la
que pertenecían los miembros más importantes de la oligarquía británica.
Toynbee perteneció durante casi cincuenta años al consejo del “Real
Instituto de Asuntos Internacionales” –RIIA– y dirigió la División de
Investigaciones de la inteligencia británica en la II Guerra Mundial, a
la vez que hacía de oficial de información del primer ministro Winston
Churchill.
La función de los miembros de la “Mesa Redonda” era la
defensa de los intereses del imperio y evitar a toda costa su decadencia
y pérdida de poder en el ajedrez mundial. Los hijos de la élite de la
“Mesa Redonda” entraban a formar parte de otra organización conocida con
el pomposo nombre de los “Hijos del Sol”, que vendría a ser algo así
como un escalón anterior obligatorio antes del acceso a la ya citada
“Mesa”.
Años más tarde, Huxley regresó a Gran
Bretaña, donde permaneció durante algún tiempo, hasta que a principios
de 1952 volvió a asentarse en USA, esta vez acompañado por su médico
personal y fiel amigoHumphrey Osmond. En ese mismo año
la CIA puso en marcha el programa de control mental Mk–Ultra bajo la
dirección personal del director de la agencia secreta norteamericana, Allen Dulles.
El director de la CIA, curiosamente,
colocó en un lugar destacado del proyecto a Osmond, quien de este modo
comenzó a trabajar para el servicio secreto de USA. Pocos meses después,
Osmond y su amigo Aldous Huxley celebraron una serie de reuniones en la
Universidad de Chicago para poner en marcha un plan de experimentación
con mescalina y LSD. En esta época Huxley empezó a consumir mescalina y
fruto de ello fue uno de sus libros más importantes:
-Las Puertas de la Percepción-, obra que puso de moda la idea entre la juventud norteamericana que los alucinógenos tenían la capacidad de “expandir la conciencia” hacia otras realidades desconocidas.
Huxley estaba convencido que la
renovación religiosa de USA vendría de las drogas y no de los
predicadores. Huxley y el ya convertido en científico de la CIA Humphrey
Osmond siguieron ampliando sus trabajos sobre los efectos de los
alucinógenos con algunos individuos pertenecientes a los grupos
ocultistas que el escritor había fundado en su primer viaje a USA.
Recordemos que la base del proyecto Mk–Ultra era
también estudiar los efectos de las drogas en el ser humano.
Entre los
voluntarios “conejillos de indias” de Osmond y Huxley se encontraban
algunos de los que años más tarde se convertirían en líderes de la
contracultura estadounidense como Alan Watts o Gregory Bateson.
Watts era un experto en religiones orientales y un defensor del uso
místico del LSD con la finalidad de descubrir “nuestro yo interno”. Alan
Watts también fue uno de los fundadores de la Pacific Foundation, la
cual patrocinó a la WKBW en San Francisco y la WBAI–FM en Nueva York,
las dos primeras emisoras de radio en promover el sonido rock and roll
de los Rolling Stones, los Beatles y los Animals. Las mismas emisoras
popularizarían luego el rock ácido y el punk rock.
En cuanto a Gregory Bateson, trabajó
como antropólogo para la OSS, la agencia de inteligencia estadounidense
anterior a la creación de la CIA. Más tarde se haría cargo de la
dirección de la clínica experimental de drogas alucinógenas del hospital
de veteranos de guerra de Palo Alto, de donde saldrían los primeros
ideólogos del “hippismo”. A finales de los años sesenta Bateson fundó la
“Clínica Libre” en la que siguió experimentando con drogas. Al personal
de la clínica de Bateson pertenecía por ejemplo el doctor Ernest
Dernberg, oficial de la inteligencia militar, posiblemente asignado al
proyecto Mk–Ultra.
A mediados de los sesenta, la CIA y la
inteligencia británica decidieron poner en marcha sus planes para acabar
con la revolución juvenil. Se promocionó desde medios afines la música
rock; se aprovechó la “infraestructura ocultista” creada por Aldous
Huxley en California, al mismo tiempo que se publicitaba a todo tipo de
sectas como los Hare Krishna o el Templo del Pueblo.
Y, lo que es más
terrible: se inundaron las calles y los campus universitarios de drogas
mientras se daba cobertura a la “cultura de los alucinógenos”,
promoviendo a gentes como Watts, Bateson, Isherwood, Timothy Leary –uno de los líderes de la contracultura acusado en múltiples ocasiones de trabajar en el proyecto Mk–Ultra– o Stanislav Grof, el mayor difusor del uso del LSD como “expandidor de la conciencia”.
Grof comenzó a trabajar sobre los efectos éste ya en 1956 en el
Instituto Psiquiátrico de Praga. Años después se trasladaría a los
Estados Unidos, continuando allí sus experimentos en el Centro de
Investigación Psiquiátrica de Maryland. Grof, tras haber guiado
personalmente más de 4.000 sesiones con LSD, llegó a la conclusión de
que esta droga puede actuar como un catalizador de la conciencia.
En un amplio informe elaborado por el
boletín de inteligencia Prioridad Internacional sobre los verdaderos
intereses tras la revolución juvenil leemos: “A finales de los sesenta,
Huxley fue nombrado profesor conferencista del Instituto Tecnológico de
Massachussetts, en Boston. Estando en esa ciudad, Huxley organizó en
Harvard un círculo paralelo a su equipo en la costa oeste. En el grupo
de Harvard estaban Huxley, Osmond y Watts –venidos de California–, más
Timothy Leary yRichard Alpert. El tema aparente del seminario de Harvard era ‘La Religión y su Significado en la Edad Moderna’.
Se trataba en realidad de planear la contracultura del rock ácido. En
la época de Harvard, Huxley estableció contacto con el presidente de la
Sandoz –una empresa farmacéutica – que por esa época trabajaba en un
contrato con la CIA para producir grandes cantidades de LSD y
psilocibina –otro alucinógeno sintético– para la operación Mk–Ultra, el
experimento oficial de guerra química de la CIA.
Según documentos que la CIA ha hecho
públicos recientemente, Allen Dulles, el director de la agencia de
inteligencia, compró más de 100 millones de dosis de LSD, casi todo el
cual fue a inundar las calles de los Estados Unidos a finales de los
sesenta. En esa misma época, también Leary comenzó a comprar por su
cuenta grandes cantidades de LSD de la Sandoz. De las discusiones del
seminario de Harvard, Leary armó el libro La Experiencia Psicodélica,
basado en el antiguo Libro Tibetano de los Muertos. Con este libro se
popularizó el término que había acuñado Osmond: expansión psicodélica de
la muerte”. En este mismo informe se dice que el principal “conejillo
de indias” de Bateson en Palo Alto fue Ken Kesey: “Bateson le administró
la primera dosis de LSD a Kesey en 1959. Para 1962, Kesey había
terminado su famosa novela.
Alguien Voló sobre el Nido del Cuco, la cual
popularizó la noción de que la sociedad es una prisión y que los únicos
realmente libres son los locos. Posteriormente, Kesey organizó un
círculo de iniciados en el LSD denominada los ‘Alegres Truhanes’, que
recorrían el país repartiendo LSD –muchas veces sin advertírselo a los
receptores–, montando redes de distribución local y sentando las bases
de una gran campaña de propaganda de la contracultura, aún un movimiento
minúsculo”.
"Esalen", nido de espías
A principios de los años 50 se funda en
San Francisco la “Academia Americana de Estudios Asiáticos”, bajo la
dirección del profesor de la Universidad de Standford Frederic
Spiegelberg. Junto a él se unieron a esta nueva aventura intelectual
Alan Watts, el indio Haridas Chanduri o el japonés D. T. Suzuki, entre
otros.
A los cursos impartidos por el profesor Spiegelberg y sus
colaboradores asistieron durante años miles de estudiantes. Dos de estos
alumnos, profundamente interesados por las sabidurías orientales,
abrigaron la idea de fundar un centro especializado en el estudio de las
nuevas ideas y filosofías que estaban llegando a los Estados Unidos.
Michael Murphy y Richard Price, así se llamaban estos dos jóvenes
emprendedores, consultaron su proyecto con Spiegelberg, que enseguida se
ilusionó. Price había participado años atrás en los experimentos
desarrollados por Gregory Bateson sobre los efectos de las drogas en el
hospital de veteranos de Palo Alto. Parece que fue a través de Bateson
como los dos jóvenes conocieron a Aldous Huxley, quien también prestó
toda su ayuda para levantar este proyecto.
Al fin, en 1963, tras dos años de duro
trabajo, Murphy y Price pusieron a funcionar Esalen, un instituto
dedicado a la fusión de las religiones con la ciencia; oriente con
occidente; lo material con lo espiritual; lo antiguo con lo moderno; el
cuerpo con la mente; el arte con las matemáticas; etc. Situado en Big
Sur, un bello paraje a unos 300 kilómetros al sur de Los Ángeles, pronto
acaparó la atención de insignes heterodoxos que aterrizaron en Esalen
llenos de ideas. Centenares de miles de personas pasaron por los cursos y
convivencias de Esalen desde entonces hasta nuestros días. Escuelas,
hospitales, iglesias y diferentes instituciones gubernamentales tienen
en la actualidad contratos de colaboración con Esalen.
En este peculiar instituto de
investigaciones desarrollaron sus enseñanzas escritores, filósofos,
psicólogos, psiquiatras, historiadores e importantes científicos como Jack Sarfatti, un heterodoxo físico que trabajó en proyectos secretos para el gobierno de lUSA; Nick Herbert, autor de importantes estudios sobre comunicaciones translumínicas; Fred Alan Wolf, autor de conocidos libros de divulgación científica como Universos Paralelos o El Universo Onírico; Arthur Yung, matemático e inventor del helicóptero Bell; Jhon C. Lilly, médico y máximo experto mundial sobre los estados de privación sensorial y la comunicación con los delfines; Karl Pribram, neurofisiólogo y autor del modelo holográfico del cerebro; Stanislav Grof, especialista en los efectos del LSD y creador de la psicología transpersonal; B. F. Skinner, el famoso psicólogo conductista; Virginia Satir, fundadora de la terapia familiar; S. I. Hayakawa, especialista en semántica general de primera línea; David Bohm,
físico y profesor de la Universidad de Princeton que ha realizado
contribuciones decisivas a la mecánica cuántica y a la relatividad;John Mack,
director durante años del departamento de psiquiatría de Harvard,
premio Pulitzer y últimamente uno de los más famosos investigadores del
fenómeno abducción –secuestro de seres humanos por parte de pretendidos
seres extraterrestres–; o Fritjof Capra, un reconocido
físico teórico que sentó las bases de las relaciones entre la física y
las filosofías orientales con su best seller titulado El Tao de la
Física.
Fuente: http://www.unsurcoenlasombra.com/la-new-age-la-creo-la-cia-implantacion-de-las-creencias-esotericas-y-consumo-masivo-de-drogas/
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CONTROL MENTAL SOBRE LA POBLACIÓN
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¿Está usted afirmado sobre la Roca de la Salvación? Jesucristo: Dios con nosotros, quien vino a morir por nuestros pecados y nuestra maldad; quien resucitó al tercer día y vuelve en breve según su inquebrantable promesa. Isaías 55:6 Buscad a Jehová mientras puede ser hallado, llamadle en tanto que está cercano.Isa 55:7 Deje el impío su camino, y el hombre inicuo sus pensamientos, y vuélvase a Jehová, el cual tendrá de él misericordia, y al Dios nuestro, el cual será amplio en perdonar. Juan 3:16 Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.