Discernir
La palabra hipnotizar, según el diccionario de la Real Academia Española, se define como producir hipnosis o fascinar, asombrar a alguien.
Como la palabra fascinar parece no ser muy conocida en algunos contextos, vuelvo al diccionario, que la define como engañar, alucinar, ofuscar, atraer irresistiblemente y hacer mal de ojo.
En Gálatas 3:1, Pablo levanta un clamor a la congregación de Galacia y les dice:
"¡Oh gálatas insensatos! ¿quién os fascinó para no obedecer a la verdad, a vosotros ante cuyos ojos Jesucristo fue ya presentado claramente entre vosotros como crucificado?"
Si leemos todo el contexto de ese pasaje, descubrimos que los gálatas habían empezado a caminar bien con Cristo, pero luego se habían dejado fascinar, hipnotizar, engañar por doctrinas religiosas que los hicieron volver a las prácticas de hacer obras para ganar la salvación, en vez de confiar, tener fe en el sacrificio de Cristo para pagar por todos sus pecados.
Es decir, aquí tenemos a un colectivo de cristianos que fueron fascinados, hipnotizados por falsos maestros, que los indujeron a negar la cruz de Cristo y confiar nuevamente en sus obras para salvación.
Sigamos con la definición de las palabras.
Fascinar, que es hipnotizar a alguien, consiste también en alucinar y ofuscar.
Ofuscar es deslumbrar, turbar la vista, oscurecer y hacer sombra, trastornar, conturbar o confundir las ideas, alucinar.
Alucinar es definido como ofuscar, seducir o engañar haciendo que se tome una cosa por otra, sorprender, asombrar, deslumbrar, confundirse, desvariar. En Jeremías 20:7, vemos cómo el profeta, en su desesperación, dijo que Dios le había seducido, refiriéndose a que lo había engañado. En Santiago 1:14 se nos dice que somos seducidos por nuestras concupiscencias. Es decir, somos engañados.
Veamos una palabra más: seducir es engañar con arte y maña; persuadir suavemente para algo malo, atraer físicamente a alguien con el propósito de obtener de él una relación sexual, embargar o cautivar el ánimo.
A estas alturas me imagino que queda claro para cualquiera que detrás de estas prácticas hay un personaje bien conocido: satanás, de quien dice la Biblia que es mentiroso y padre de la mentira.
El ocultismo tiene dos vertientes: una es la adivinación y la otra la brujería, que consiste en manipular la voluntad de otra persona para que haga algo que no haría si tuviera control de su mente.
Hay muchas formas de practicar la brujería, manipulando la voluntad de alguien. Algunas son: usar los sentimientos, engañar contando una mentira, usando drogas, imágenes, etc.
Una de esas formas es el hipnotismo. Mientras que el manipulador centra la atención de una persona en algo secundario, consigue introducir lo que quiere en la mente de la persona manipulada.
Veamos unos cuantos ejemplos prácticos:
La película Pretty Woman fue lanzada en 1990, es decir, tiene 25 años. Pero, cada vez que la televisión emite esa película, alcanza altos niveles de audiencia.
La historia puede parecer muy romántica y tiene un final feliz.
Qué creyente no habrá visto y disfrutado de esa película tan "amena" y "graciosa" alguna vez?
Mientras que se distrae al público con la historia romántica, la película realmente muestra cómo un hombre contrata a una prostituta y acaba enamorándose de ella, evidentemente tras tener con ella una relación íntima ilícita.
Richard Gere y Julia Roberts consiguen hacer que los que ven la película empaticen con el "pobre" ejecutivo solitario que "tiene que" recurrir a una prostituta, haciendo que muchas mujeres desearan estar en su piel.
Mientras, Julia Roberts lleva al espectador a simpatizar con el mundo de la prostitución, dando la idea de que no es tan dramático vivirlo. También da la idea de que se puede ser una prostituta y al día siguiente disfrutar de un apuesto caballero que la colmará de regalos caros y sentirá ternura y pasión por ella, tratándola como a una dama.
Viendo esa película, uno pasa a sentir una necesidad imperiosa de que esa pareja supere sus enormes diferencias y llegue a ser feliz, pasando por alto los principios espirituales que afectan estas situaciones. Pasamos a tener simpatía por la prostitución y la promiscuidad.
Es tan simple como presentar el veneno en un bonito frasco: Richard Gere y Julia Roberts.
Vayamos a otro:
¿Cuántos hombres y mujeres no acompañan con afán los partidos de fútbol o de lo que sea, sintiendo verdadera pasión por los resultados de su equipo?
Muchos incluso dejan de hacer algunas cosas, como disfrutar de sus familias o leer la Biblia, con tal de no perderse ese partido tan "importante".
Se sabe de sobra que las grandes multinacionales que controlan los juegos olímpicos o los mundiales, son en realidad organismos del Nuevo Orden Mundial que hacen con que las cosas ocurran en tiempo y lugar, con el fin de manipular a grandes masas de personas.
Los grandes eventos deportivos están amañados desde el "sorteo" inicial de dónde y cuándo se llevarán a cabo. Pero ahí está, el fiel hincha, para sufrir el circo que le están ofreciendo un día tras otro mientras le bajan el sueldo, aumentan los impuestos, llevan a cabo recortes en la Sanidad Pública, etc.
Hay muchísimos más ejemplos que darían para llenar libros enteros, pero con esto ya podemos tener una idea.
El pueblo que se dice "de Dios", en una enorme y triste cantidad, está tan hipnotizado como cualquiera que no conoce a Cristo; está fascinado, engañado, embrujado por una sociedad sin temor de Dios, cuya manipulación alcanza niveles insospechados para la gran mayoría.
El primer engaño de satanás sobre un hijo de Dios es justamente hacerle pensar que un hijo de Dios no puede ser hipnotizado, fascinado, seducido, engañado.
No debemos temer a satanás y sobreestimarlo, pero tampoco debemos subestimarlo, porque conoce a Dios y conoce al hombre. Sabe cómo manipular al hombre, induciéndolo a pecar, para que las consecuencias del pecado lo destruyan.
Eso se consigue por medio de la hipnosis, la brujería, trastornando la vista de aquellos que se distraen de Cristo, como ocurrió con los gálatas.
Pablo nos advierte, diciendo:
"No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta." (Romanos 21:2)
Debemos ser muy cuidadosos con lo que dejamos entrar por nuestros ojos y oídos, porque eso dará forma a nuestro pensamiento y nuestro pensamiento es el que nos permite tomar decisiones.
Si nuestro pensamiento está moldeado por principios contrarios a la Palabra de Dios, caeremos en pecado, que es la infracción de Su Ley. Si pecamos, sabemos que tendremos malas consecuencias.
La evidencia, pues, de que un cristiano puede ser hipnotizado es que muchos sufren un caos en sus vidas, por haber tomado decisiones pecaminosas, que le han apartado de la buena, agradable y perfecta voluntad de Dios para sus vidas.
Fuente: http://www.discernir.info/babilonia/hipnotizar-cristiano.php
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