Lucha Total contra la Apostasía
Muchas personas creen que los llamados encuentros son eventos que la Biblia enseña que se deben practicar, pero lo cierto es que la practica de tales eventos no fue instituida por Jesucristo y tampoco enseñada por sus apóstoles.
Esta practica tiene su origen en los llamados ejercicios espirituales, diseñados por el espiritista Ignacio de Loyola, el otrora fundador del grupo Jesuita al interior de la organización romana.
Luego de tiempo, Escriba de Balaguer otro jesuita, pero contemporáneo enseño el uso de estas practicas ya conocidas como encuentros de renovación espiritual.
Tiempo después unos de los discípulos de las enseñanzas de Balaguer, fue el profesional en mercadotecnia llamado Cesar Castellanos. Este individuo fundaría años después una de las sectas mas grandes que la humanidad ha conocido, como es la secta G12.
En su interior Castellanos implanto todas esas practicas Jesuiticas revestidas ahora de un ropaje mas "bíblico" y carismático. Una de ellas eran los llamados encuentro o retiros de renovación espiritual.
En la actualidad estos eventos siguen teniendo ese alto grado de misterios tal como lo tuvieron en su tiempo los ejercicios espirituales de Loyola. En estos eventos ocultistas, se practican:
Las regresiones.
La "cancelación de maldiciones generacionales".
Las tumbadas al suelo producto de la "unción" (aquel invento espiritista que nada tiene que ver con la Santa unción que el Espíritu Santo da a sus salvos), entre otras practicas espiritistas mas.
Los encuentros y su practicas y doctrinas conexas son una gran burla a la bendita obra redentora de Jesucristo en la Cruz del Calvario, obra Santísima que da absoluta libertad a los redimidos. (Juan 8:32,36)
A continuación les entregamos este interesante estudio sobre los encuentros G12:
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Los Encuentros del G12
Los primeros indicios que tenemos sobre este tipo de prácticas dentro del cristianismo, se originan dentro de la iglesia católica. Siendo su principal precursor Ignacio de Loyola.
Ignacio o San Ignacio de Loyola como se le conoce; nació en el año de 1491 en Loyola, su vida transcurrió primero, entre la corte real y la milicia. La carrera militar de Ignacio de Loyola, se vio truncada cuando una bala de cañón le rompió una de sus piernas, durante la lucha en defensa del castillo de Pamplona.
Ignacio gravemente herido es trasladado al castillo de Loyola, en donde queda confinado en una de las habitaciones de aquel castillo, para pasar por un largo proceso de recuperación de aquella trágica batalla que había truncado su carrera militar.
Con el objeto de distraerse durante la convalecencia, Ignacio pidió algunos libros de caballería (aventuras de caballeros en la guerra); pero lo único que se encontró en el castillo de Loyola; fue una historia de Cristo y un volumen con historias o relatos de la vida de santos. Ignacio los comenzó a leer para pasar el tiempo, pero poco a poco empezó a interesarse en estos escritos, de tal manera, que pasaba días enteros dedicados a la lectura.
Convencido de lo que leía, resolvió imitar a los santos y empezó por hacer toda clase de penitencia corporal. Ignacio llego a creer que todo era pecado; este pensamiento le llevo al borde de la desesperación.
Después de este periodo y con el transcurrir
de los años, realizó estudios de teología en París, donde se le unieron
los primeros compañeros con los que había de fundar más tarde, la
Compañía de Jesús (hoy conocidos como Jesuitas).
Loyola desarrolló todo un sistema para buscar a Dios, esta metodología estaba expresada en este libro que servía de guía a los que se ejercitaban con estas prácticas mentales y espirituales, en ella se indicaba con mucha exactitud los pasos a seguir para obtener un Encuentro efectivo con Dios.
Ignacio de Loyola murió súbitamente el 31 de julio de 1556. Fue canonizado en el año 1622, y Pío XI le proclamó patrono de los ejercicios espirituales y retiros.
Cabe mencionar que este tipo de prácticas, nunca causaron mayor relevancia en la feligresía católica. Pues su práctica era realizada por personas vinculadas al servicio total dentro de la iglesia católica (los sacerdotes y monjas), mayormente los sacerdotes Jesuitas.
Los encuentros aplicados a la feligresía católica
En el año de 1928, surge otro fraile de origen español, llamado José María Escriba de Balaguer, fundador del Opus Dei (obra de Dios).
José María Escriba de Balaguer, nació en Barbastro (Huesca, España) el 9 de enero de 1902. Recibe la ordenación sacerdotal el 28 de marzo de 1925. Ejerció su ministerio en varias parroquias siendo una de ellas la iglesia de San Pedro Nolasco, regida entonces por sacerdotes jesuitas.
El 2 de octubre de 1928, según su propio testimonio, “vio” que Dios le pedía que difundiese en todo el mundo la llamada “Universal a la santidad”, y que abriera un nuevo camino dentro de la Iglesia.
El trabajo realizado por Balaguer y la creación del Opus Dei, obtuvo un éxito rotundo en la feligresía católica en las décadas siguientes, es en la década de los años setenta y ochenta, que cobran un mayor auge.
Es en Europa y específicamente en España en donde estalla esa euforia espiritual, con las prácticas de los encuentros del Opus Dei, que habían sido fundados en 1928. Los españoles laicos empezaron a contar las maravillas de los famosos encuentros.
La iglesia católica vio en el Opus Dei, una nueva fuerza y una gran oportunidad para poder inyectar en la feligresía una nueva visión e implantar un sistema que les ayudaría a remediar los grandes problemas que tenían en ese entonces; especialmente con la feligresía de América Latina, en donde se concentraba su mayor membresía fiel y devota.
Eran esos años cuando América Latina, estaba siendo impactada de una manera extraordinaria con el evangelio predicado con poder, especialmente por las denominaciones llamadas pentecostales.
En Guatemala eran los años más crudos de la guerra interna, lo mismo ocurría con varios países de América Latina. Es en este tiempo que la iglesia protestante sufría los embates de la guerra y del acérrimo asedio de la iglesia Neocatólica.
El ecumenismo cobro un mayor auge y se da la unión de la iglesia católica con la protestante, de una manera más abierta y clara y sin ocultar su verdadera unidad.
El movimiento carismático, introdujo un nuevo estilo de culto en la iglesia católica. Las parroquias de barrio de pronto dejaron de ser silenciosas y aburridas, se escucha en bocinas y equipos de sonido modernos, el sonido de guitarras, pianos eléctricos, tambores, panderos, los feligreses palmean (aplauden o dan aplausos) y cantan los mismos himnos y coros que se cantan en las iglesias protestantes.
Los católicos manifestaron un nuevo mover; de pronto empezaron a hablar en lenguas y dicen recibir poder por medio del Espíritu Santo, danzan, expresan gritos de júbilo, lloran, caen bajo el poder de Dios; e invaden los medios de comunicación presentando un mensaje muy parecido al mensaje de los evangélicos protestantes.
Todo un avivamiento dentro de este nuevo género católico carismático.
Por fin una luz para la iglesia católica, no solo habían introducido un nuevo sistema secreto, manejado en los cursillos o encuentros. Sino que también habían frenado el éxodo de miles de católicos que se habían adherido a la iglesia protestante.
Los años duros del cristianismo protestante habían pasado. De pronto hasta en las más altas esferas sociales, políticas y económicas hablan de nuevas experiencias y de lo nuevo y especial que era el mover de Dios dentro del movimiento carismático.
Recordemos que antes de llegar a esta última manifestación de explosión carismática. La iglesia católica por medio del Papa Pablo VI, había convocado al fortalecimiento del Concilio II, el cual había iniciado Juan XXIII. Pablo VI, consolido este concilio ecuménico, en una nueva estrategia que había montado el vaticano.
Recordemos mis hermanos, que América Latina concentraba la mayor cantidad de fieles a la iglesia Católica Romana. Este continente había sido conquistado por los españoles, y ellos mismos habían implantado el sistema religioso en el nuevo continente.
Como consecuencia América Latina era netamente católica.
Es necesario apuntar en este apartado, que es en estos años (70´,80`y 90) que surge un nuevo movimiento en la iglesia protestante; nace lo que se conoce como Neo-pentecostalismo.
Se habla de avivamientos y de una nueva ola del Espíritu Santo, surgen nuevas doctrinas y también nuevas corrientes teológicas. Todo esto hizo dar un giro dentro del movimiento cristiano protestante.
Los pentecostales pobres con su música estilo ranchera, se fueron quedando a la zaga.
La iglesia Neo-pentecostal se aglutino de la clase social media, pequeños y medianos empresarios, gente con educación secundaria y universitaria.
Es en este surgimiento Neo-pentecostal que la iglesia Católica aprovecho la separación de la misma iglesia protestante (conservadores y neo-pentecostales), para introducir sus nuevas modalidades en las iglesia de línea ecuménica.
Una de las obras más famosas y fecundas de Ignacio fue el libro de: “Los Ejercicios Espirituales”.
Loyola desarrolló todo un sistema para buscar a Dios, esta metodología estaba expresada en este libro que servía de guía a los que se ejercitaban con estas prácticas mentales y espirituales, en ella se indicaba con mucha exactitud los pasos a seguir para obtener un Encuentro efectivo con Dios.
Ignacio de Loyola murió súbitamente el 31 de julio de 1556. Fue canonizado en el año 1622, y Pío XI le proclamó patrono de los ejercicios espirituales y retiros.
La iglesia católica ha asegurado que: “Los Ejercicios Espirituales son el instrumento del que ha servido El Señor para comunicar su Espíritu a innumerables personas y llevarlas a la santidad”.
Cabe mencionar que este tipo de prácticas, nunca causaron mayor relevancia en la feligresía católica. Pues su práctica era realizada por personas vinculadas al servicio total dentro de la iglesia católica (los sacerdotes y monjas), mayormente los sacerdotes Jesuitas.
Desde entonces, los jesuitas han construido las conocidas “casas de retiros”, a donde acuden para realizar sus ejercicios espirituales. De esto sabemos en la actualidad, que un sacerdote jesuita, o recluta jesuita, nunca revela este voto o secreto y prefiere morir antes que revelar el pacto de silencio que juro en dicho retiro.
Los encuentros aplicados a la feligresía católica
En el año de 1928, surge otro fraile de origen español, llamado José María Escriba de Balaguer, fundador del Opus Dei (obra de Dios).
José María Escriba de Balaguer, nació en Barbastro (Huesca, España) el 9 de enero de 1902. Recibe la ordenación sacerdotal el 28 de marzo de 1925. Ejerció su ministerio en varias parroquias siendo una de ellas la iglesia de San Pedro Nolasco, regida entonces por sacerdotes jesuitas.
El 2 de octubre de 1928, según su propio testimonio, “vio” que Dios le pedía que difundiese en todo el mundo la llamada “Universal a la santidad”, y que abriera un nuevo camino dentro de la Iglesia.
El trabajo realizado por Balaguer y la creación del Opus Dei, obtuvo un éxito rotundo en la feligresía católica en las décadas siguientes, es en la década de los años setenta y ochenta, que cobran un mayor auge.
Es en Europa y específicamente en España en donde estalla esa euforia espiritual, con las prácticas de los encuentros del Opus Dei, que habían sido fundados en 1928. Los españoles laicos empezaron a contar las maravillas de los famosos encuentros.
No solo hablaban de tener un verdadero encuentro con Dios, sino que también estaban dispuestos a defender a la iglesia católica, aún con su propia vida si era necesario.
La iglesia católica vio en el Opus Dei, una nueva fuerza y una gran oportunidad para poder inyectar en la feligresía una nueva visión e implantar un sistema que les ayudaría a remediar los grandes problemas que tenían en ese entonces; especialmente con la feligresía de América Latina, en donde se concentraba su mayor membresía fiel y devota.
Eran esos años cuando América Latina, estaba siendo impactada de una manera extraordinaria con el evangelio predicado con poder, especialmente por las denominaciones llamadas pentecostales.
En Guatemala eran los años más crudos de la guerra interna, lo mismo ocurría con varios países de América Latina. Es en este tiempo que la iglesia protestante sufría los embates de la guerra y del acérrimo asedio de la iglesia Neocatólica.
En los años ochentas y noventa surgen los llamados: “Movimientos de renovación católica carismática”.
El ecumenismo cobro un mayor auge y se da la unión de la iglesia católica con la protestante, de una manera más abierta y clara y sin ocultar su verdadera unidad.
El movimiento carismático, introdujo un nuevo estilo de culto en la iglesia católica. Las parroquias de barrio de pronto dejaron de ser silenciosas y aburridas, se escucha en bocinas y equipos de sonido modernos, el sonido de guitarras, pianos eléctricos, tambores, panderos, los feligreses palmean (aplauden o dan aplausos) y cantan los mismos himnos y coros que se cantan en las iglesias protestantes.
Los católicos manifestaron un nuevo mover; de pronto empezaron a hablar en lenguas y dicen recibir poder por medio del Espíritu Santo, danzan, expresan gritos de júbilo, lloran, caen bajo el poder de Dios; e invaden los medios de comunicación presentando un mensaje muy parecido al mensaje de los evangélicos protestantes.
Todo un avivamiento dentro de este nuevo género católico carismático.
Por fin una luz para la iglesia católica, no solo habían introducido un nuevo sistema secreto, manejado en los cursillos o encuentros. Sino que también habían frenado el éxodo de miles de católicos que se habían adherido a la iglesia protestante.
Los años duros del cristianismo protestante habían pasado. De pronto hasta en las más altas esferas sociales, políticas y económicas hablan de nuevas experiencias y de lo nuevo y especial que era el mover de Dios dentro del movimiento carismático.
Recordemos que antes de llegar a esta última manifestación de explosión carismática. La iglesia católica por medio del Papa Pablo VI, había convocado al fortalecimiento del Concilio II, el cual había iniciado Juan XXIII. Pablo VI, consolido este concilio ecuménico, en una nueva estrategia que había montado el vaticano.
Entre sus principales puntos estaban: “No entrar en confrontación con el resto de las religiones, sino buscar un acercamiento entre ellas, para juntas lanzarse a la caza de lo que ellos llaman las “Sectas Evangélicas”. Y así poder disipar todo movimiento que represente peligro para ellos.
Recordemos mis hermanos, que América Latina concentraba la mayor cantidad de fieles a la iglesia Católica Romana. Este continente había sido conquistado por los españoles, y ellos mismos habían implantado el sistema religioso en el nuevo continente.
Como consecuencia América Latina era netamente católica.
Es necesario apuntar en este apartado, que es en estos años (70´,80`y 90) que surge un nuevo movimiento en la iglesia protestante; nace lo que se conoce como Neo-pentecostalismo.
Se habla de avivamientos y de una nueva ola del Espíritu Santo, surgen nuevas doctrinas y también nuevas corrientes teológicas. Todo esto hizo dar un giro dentro del movimiento cristiano protestante.
Los pentecostales pobres con su música estilo ranchera, se fueron quedando a la zaga.
La iglesia Neo-pentecostal se aglutino de la clase social media, pequeños y medianos empresarios, gente con educación secundaria y universitaria.
La música es renovada con una fuerte influencia de músicos al estilo rock y pop. Fueron los jóvenes el blanco de esta nueva corriente, teniendo ellos las posibilidades de desarrollarse y expresarse en la música, la danza y el teatro. Su participación fue más activa que pasiva, fueron más influyentes tanto dentro, como fuera de la iglesia.
Es en este surgimiento Neo-pentecostal que la iglesia Católica aprovecho la separación de la misma iglesia protestante (conservadores y neo-pentecostales), para introducir sus nuevas modalidades en las iglesia de línea ecuménica.
Prácticas como el Pre-encuentro, el encuentro y el post encuentro o reencuentro. Fue algo que se hizo más común aún en las iglesias evangélicas; siendo las mayores exponentes, las nuevas congregaciones formadas por este nuevo movimiento Neo pentecostal.
Note que es durante este periodo (finales de los años 80 y la década de los 90´s) que surgen con mayor fuerza, los ministerios proféticos y el apostolado moderno dentro de la iglesia evangélica.
Se dejo el trabajo pastoral, para recibir una nueva visión. Y desde entonces han sido estos apóstoles y profetas los que han traído la “nueva revelación” a la “iglesia”, una revelación no precisamente bíblica y fuera de todo contexto teológico doctrinal.
Fuente: https://www.facebook.com/LuchaTotalContraLaApostasia?ref=stream
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