domingo, 15 de marzo de 2015

Pánico Panteísta



Evangelio según Jesucristo


La mayoría de nosotros conocemos la historia de Jonás.. Dios llama al profeta infame a predicar al pueblo de Nínive, pero en vez de esto, Jonás huye a Tarsis. Dios busca a su profeta, lo busca con una tormenta y un pez gigante, y Jonás finalmente termina en Nínive, lo que lleva a la ciudad al arrepentimiento.






Hoy quiero examinar una parte de la narrativa que solemos pasar por alto: La viñeta de los marineros les animo a leer el primer capítulo de Jonás usted mismos más adelante, pero por conveniencia, he traído unos versículos del siguiente relato.


“Y el Señor desató sobre el mar un fuerte viento, y hubo una tempestad tan grande en el mar que el barco estuvo a punto de romperse….Y cada uno dijo a su compañero: Venid, echemos suertes para saber por causa de quién nos ha venido esta calamidad. Y echaron suertes, y cayó la suerte sobre Jonás….Los hombres se pusieron a remar con afán para volver a tierra firme, pero no pudieron, porque el mar seguía embraveciéndose contra ellos.” (Jonás 1:4,7,13)

Si tuviera que describir la respuesta de los marineros, yo elegiría "pánico panteísta". Estos pobres hombres no tenían ni idea de lo que les estaba pasando, y en el terror, emplearon tácticas inútiles por su seguridad: orar a cualquier dios que pudiese escuchar, lanzando carga al mar, echando suertes, y remar con más fuerza. Nada de eso funcionó.

Mientras leía Jonás 1, no pude dejar de pensar en los cientos de miles de "panteístas" que pueblan Filadelfia (y no me refiero sólo a los que adoran en las religiones panteístas). Todos los días golpeo hombros con los no cristianos confusos y temerosos que tratan de dar sentido a su vida adorando a una multiplicidad de dioses y que tratan de encontrar significado y propósito mediante el empleo de una variedad de tácticas inútiles.

Pero ¿puedo ser honesto? Más veces de las que me gustaría admitir, mi respuesta a estos "panteístas" es de frustración, no compasión. En una u otra forma, su adoración a los ídolos se las arregla para ponerse en el camino de mi comodidad, y me responde con ira en vez de lástima. La rectitud propia, me digo a mí mismo que he llegado a un entendimiento de la Verdad por mi mismo, y si soy capaz de entenderlo, ¿por qué no pueden ser todos los demás como yo?


¡Qué respuesta cruel (y teológicamente incorrecta)! Si no hubiera sido por la gracia de Dios interviniendo, estaría igual que ellos, y aunque ahora sé la verdad y adoro al Dios vivo, mi corazón voluble todavía está tentado a adorar a los mismos dioses falsos que ellos adoran. Y, ¡que oportunidad desperdiciada! ¿Podría ser que Dios colocara a estos no cristianos en mi vida, no con el propósito de que me molesten, sino para que yo pueda ser un instrumento de revelación para sus ojos ciegos?

Esta semana, usted va a interactuar con los marineros – panteístas confusos y temerosos que tratan de dar sentido a la vida. Si sólo uno de ellos, por la intervención divina, llega a conocer la Verdad debido a su relación amorosa, ¿no valdría la pena vivir tu vida?


Dios los bendiga



 

Preguntas para Reflexión

 

  1. De qué manera estaba usted, en un momento en su vida, al igual que estos marineros?

  2. Cómo fue Dios paciente, amable y compasivo con usted en su deambular confundido?

  3. Cómo pueden los incrédulos ser frustrantes para el cristiano?

  4. Si se siente frustrado con facilidad y, a menudo, ¿de qué manera puede valorar su reino propio más que el reino de Dios?

  5. Hoy, ¿Cómo podría alcanzar a los que no conocen al Señor?



    Paul David Tripp




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