domingo, 7 de agosto de 2016

SATANÁS Y SU EVANGELIO



Arthur Walkington Pink


Satanás no es un iniciador sino un imitador


Dios tiene un solo Hijo unigénito – el Señor Jesús; Y Satanás también – “el hijo de perdición” (2 Ts.2:3). Hay una Santa Trinidad, y de igual forma hay una trinidad del mal (Ap.20:10). 

Así como leemos acerca de los “hijos de Dios”, así también leemos acerca de “los hijos del maligno” (Mt.13:38). 

Así como Dios obra en los primeros mencionados tanto en el querer como el hacer por su buena voluntad, también se menciona que Satanás es “el espíritu que ahora opera en los hijos de desobediencia” (Ef.2:2). 

Así como hay un “misterio de la piedad” (1 Ti.3:16), así también hay un “misterio de la iniquidad” (2 Ts.2:7). 

Así como se nos cuenta que Dios a través de sus ángeles “sella” a sus siervos en sus frentes (Ap.7:3), así también comprendemos que Satanás a través de sus agentes pone una marca en las frentes de sus seguidores (Ap.13:16). 

Así como se nos cuenta que “el Espíritu todo lo escudriña, aun lo profundo de Dios” (1 Co.2:10), también Satanás provee sus “profundidades” (Ap.2:24). 

Así como Cristo realiza milagros, así también Satanás puede (2 Ts.2:9). Así como Cristo está sentando en un trono, Satanás también lo está (Ap.2:13). 

Así como Cristo tiene una Iglesia, Satanás tiene su “sinagoga” (Ap.2:9). 

Como Cristo es la Luz del mundo, así Satanás se “disfraza como ángel de luz” (2 Co.11:14). 

Así como Cristo constituyó “apóstoles”, Satanás tiene sus apóstoles también (2 Co.11:13). 

Y esto nos lleva a considerar: “El Evangelio de Satanás”.






Satanás es el más grande impostor

El diablo está ocupado ahora trabajando en el mismo campo en el cual el Señor sembró la buena semilla. Él está buscando evitar el crecimiento del trigo con otra planta, la cizaña, que se asemeja bastante en apariencia al trigo. En una palabra, a través de un proceso de imitación él está pretendiendo neutralizar la Obra de Cristo. Por ello, así como Cristo tiene un Evangelio, Satanás tiene un evangelio también; siendo este último una ingeniosa adulteración del primero. El evangelio de Satanás se parece tanto al que imita, que multitudes de no salvos están siendo engañados por éste.

Es a este evangelio de Satanás al cual el apóstol se refiere cuando les dice a los Gálatas: “Estoy maravillado de que tan pronto os hayáis alejado del que os llamó por la gracia de Cristo, para seguir un evangelio diferente. No que haya otro, sino que hay algunos que os perturban y quieren pervertir el evangelio de Cristo.” (Gl.1:6-7). Este falso evangelio estaba siendo proclamado incluso en los días del apóstol, y una maldición mas terrible era reprendida sobre aquellos que lo predicaban. El apóstol continúa, “Mas si aún nosotros, o un ángel del cielo, os anunciare otro evangelio diferente del que os hemos anunciado, sea anatema.” Con la ayuda de Dios ahora debemos tratar de exponer, o mejor dicho, denunciar este falso evangelio.


El “evangelio” de Satanás

El evangelio de Satanás no es un sistema de principios revolucionarios, ni tampoco un programa de anarquismo. No promueve conflicto y guerra, sino que apunta a la paz y unidad. Busca no poner a la madre en contra de su hija ni el padre en contra de su hijo, sino fomenta el espíritu fraternal a través del cual la raza humana es considerada como una gran “hermandad”. No busca abatir al hombre natural, sino animarlo y exaltarlo. Aboga por la educación y cultura, y apela a “lo mejor que está en nosotros” – Apunta a hacer del mundo un hábitat tan cómodo y agradable que la ausencia de Cristo no se sentirá y no se necesitará a Dios. Trata de mantener tan ocupado al hombre con este mundo que no tiene tiempo o inclinación a pensar en el mundo venidero. Propaga los principios de auto-sacrificio, caridad y benevolencia, y nos enseña a vivir por el bien de otros, y ser amables con todos. Recurre fuertemente a la mente carnal y es popular con las masas, porque ignora los hechos solemnes que el hombre por naturaleza es una criatura caída, aislado de la vida de Dios, muerto en sus transgresiones y pecados, y que su única esperanza reside en ser nacido de nuevo.


“Salvación” por Obras

En contradicción al Evangelio de Cristo, el evangelio de Satanás enseña que la salvación es por obras. Inculca la justificación ante Dios en el terreno de méritos humanos. Su frase sacramental es “Sé bueno y haz lo bueno”; pero falla en reconocer que en la carne no habita nada bueno. Anuncia la salvación por voluntad, el cual se opone al orden de la Palabra de Dios, que es una voluntad como fruto de la salvación. Sus varias ramificaciones y organizaciones son diversas. Movimiento de abstinencia, movimientos de la reforma, ligas socialistas cristianas, Sociedades culturales éticas, “Congresos de Paz” son todos empleados (quizás inconscientemente) para proclamar este evangelio de Satanás – salvación por obras. La carta de plegarias sustituye a Cristo, la pureza social a la regeneración individual, y política y filosofía a la doctrina y piedad. El refinamiento del viejo hombre se considera más práctico que la creación de un nuevo hombre en Cristo Jesús; mientras que la paz universal se busca separada de la intervención y retorno del Príncipe de Paz.


Obreros Fraudulentos

Los apóstoles de Satanás no son porteros de bares y tratantes de blancas, sino, son en su mayoría ministros ordenados. Miles de los que ocupan nuestros púlpitos modernos no están más comprometidos en presentar los fundamentos de la Fe Cristiana, sino que se han desviado de la Verdad y les han prestado atención a fábulas. En lugar de magnificar la inmensidad del pecado y establecer sus consecuencias eternas, ellos lo minimizan declarando que el pecado es simplemente ignorancia o ausencia de lo bueno. En vez de advertir a sus oyentes a que “escapen de la ira venidera”, hacen a Dios mentiroso declarando que Él es demasiado amoroso y misericordioso para enviar a alguno de sus propias criaturas al tormento eterno. En lugar de declarar que “sin el derramamiento de sangre no hay remisión de pecados,” ellos simplemente toman a Cristo como el gran Ejemplo y exhortan a sus oyentes a “seguir Sus pasos.” De ellos debe decirse, “Porque ignorando la justicia de Dios, y procurando establecer la suya propia, no se han sujetado a la justicia de Dios” (Ro.10:3). Su mensaje puede sonar muy creíble y su objetivo parecer muy loable, pero leemos acerca de ellos: “Porque éstos son falsos apóstoles, obreros fraudulentos, que se disfrazan como apóstoles de Cristo. Y no es maravilla, porque el mismo Satanás se disfraza como ángel de luz. Así que, no es extraño si también sus ministros se disfrazan como ministros de justicia; cuyo fin será conforme a sus obras.” (2 Co.11:13-15).


Una “Hambruna” por la Palabra de Dios

Adicionalmente al hecho que actualmente cientos de iglesias no tienen un líder que fielmente declare el total consejo de Dios y presente Su camino de salvación, también tenemos que enfrentar el factor adicional que la mayoría de personas en las iglesias son poco probable que aprendan la verdad por ellas mismas. El altar familiar, donde se acostumbraba a leer una porción de la Palabra de Dios es ahora, incluso en los hogares de cristianos nominales, vastamente una cosa del pasado. La Biblia no se expone en el púlpito y no se lee en los asientos de la iglesia. Las demandas de esta era apresurada son tan numerosas, que multitudes tienen poco tiempo e incluso poca inclinación a prepararse para el encuentro con Dios. De ahí la mayoría que son bastante perezosos para buscar por ellos mismos, son dejados a merced de aquellos a quienes pagan para que busquen por ellos; muchos a quienes traicionan su confianza al estudiar y exponer problemas económicos y sociales en lugar de los Sabios consejos de Dios.


Los Caminos de Muerte

En Proverbios 14:12 leemos, “Hay camino que al hombre le parece derecho; pero su fin es camino de muerte.” Este “camino” que termina en “muerte” es el Engaño del Diablo – El evangelio de Satanás – un camino de salvación por logros humanos. Es un camino que “parece derecho”, lo que quiere decir, que se presenta de forma tan creíble que recurre al hombre natural; Se expone de una manera tan sutil y atractiva, que se encomienda a si mismo a la inteligencia de sus oyentes. En virtud del hecho que se apropia de terminología religiosa, a veces apela a la Biblia para su soporte (cuando calza con su propósito), se sostiene ante ideales arrogantes de los hombres, y es proclamada por aquellos que se han graduado de nuestras instituciones teológicas, incontables multitudes son atraídas y engañadas por este evangelio.


Falso Cristianismo

El éxito de un falsificador depende ampliamente de cuan cerca es la falsificación parecida al artículo genuino. La herejía no es tanto la completa negación de la verdad como una perversión de ésta. Ese es el porqué una mentira a medias es siempre más peligrosa que una mentira completa. De allí cuando el Padre de las mentiras entra al púlpito, su costumbre no es negar rotundamente las verdades fundamentales del cristianismo, sino que tácitamente las reconoce, y luego procede a dar una errónea interpretación y una falsa aplicación. Por ejemplo: El no sería tan tonto como para proclamar valientemente su incredulidad en un Dios personal; él toma Su existencia por sentado y luego da una falsa descripción de Su carácter. Él proclama que Dios es el Padre espiritual de todos los hombres, cuando las Escrituras claramente nos dicen que nosotros somos “hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús” (Gl.3:26), y que “mas a todos los que le recibieron, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios” (Jn.1:12). Además, el declara que Dios es demasiado misericordioso como para enviar a alguien de la raza humana al Infierno, cuando el mismo Dios ha dicho, “Y el que no se halló inscrito en el libro de la vida fue lanzado al lago de fuego” (Ap.20:15). Nuevamente, Satanás no sería tan tonto como para ignorar la figura central de la historia humana – el Señor Jesucristo; al contrario, su evangelio lo reconoce como el mejor hombre que alguna vez ha vivido. La atención se lleva a Sus actos de compasión y obras de misericordia, la belleza de Su carácter y la majestuosidad de Su enseñanza. Su vida es elogiada, pero Su muerte vicaria (como sustituto) es ignorada, la más importante obra expiatoria de la cruz nunca se menciona, mientras que Su resurrección triunfante y corporal de la tumba es considerada como una de las ingenuidades de una época supersticiosa. Es un evangelio sin sangre, y presenta un Cristo sin cruz, que es recibido no como Dios manifestado en la carne, sino simplemente como un Hombre Ideal.


La Ceguera Espiritual

En 2 Corintios 4:3 tenemos una escritura que nos da bastante luz sobre nuestro presente tema. Allí se nos dice, “Pero si nuestro evangelio está aún encubierto, entre los que se pierden está encubierto; en los cuales el dios de este siglo (Satanás) cegó el entendimiento de los incrédulos, para que no les resplandezca la luz del evangelio de la gloria de Cristo, el cual es la imagen de Dios.” El ciega la mente de los incrédulos ocultando la luz del Evangelio de Cristo, y el hace esto al sustituir su propio evangelio. De forma adecuada él es designado “diablo y Satanás, el cual engaña al mundo entero” (Ap.12:9). Al solamente apelar a “lo mejor que hay dentro del hombre, y a la simple exhortación de “llevar una vida noble”, se ha proporcionado una plataforma general sobre la cual aquellos de todo matiz de opinión pueden unirse y proclamar este mensaje común.


El Engaño del Diablo

Nuevamente citamos Proverbios 14:12 – “Hay camino que al hombre le parece derecho; Pero su fin es camino de muerte.” Se ha dicho con gran vedad que el camino al infierno está pavimentado con buenas intenciones. Habrá muchos en el lago de luego que encomendaron sus vidas a buenas intenciones, resoluciones honestas e ideales exaltados – aquellos que fueron justos en sus negocios, justos en sus transacciones y solidarios en todos sus caminos; hombres que se enorgullecieron de sí mismos en su integridad, pero que buscaron justificarse a sí mismos ante Dios con su propia justicia; hombres que eran morales, misericordiosos y generosos, pero que nunca se vieron a sí mismos como culpables, perdidos, pecadores merecedores del infierno que necesitan un Salvador. Tal es el camino que “parece derecho.” Tal es el camino que se encomienda a la mente carnal y se aconseja a si mismo a multitudes de engañados actualmente. El Engaño del Diablo es que podemos ser salvos por nuestras propias obras, y justificados por nuestras propias acciones; mientras que, Dios nos dice en Su Palabra: “por gracia sois salvos por medio de la fe… no por obras, para que nadie se gloríe.” Y nuevamente, “nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia.”


¿Consentimiento intelectual – o – Fe Salvadora?

Hace unos años, el escritor se hizo amigo de alguien que era un predicador laico y un entusiasta “trabajador cristiano.” Por más de siete años este amigo se había dedicado a la predicación en público y actividades religiosas, pero de ciertas expresiones y frases que utilizaba, el escritor dudaba que su amigo fuese un hombre “nacido de nuevo”. Cuando empezamos a cuestionarlo, se encontró que él era un amigo muy imperfecto de las Escrituras y que tenía la concepción mas vaga de la Obra de Cristo por los pecadores. Por un tiempo buscamos presentar el camino de salvación de una forma simple e impersonal y animar a nuestro amigo a estudiar la Palabra por el mismo, con la esperanza de que si el no fuere salvo aún Dios estaría complacido en revelarle al Salvador que necesitaba. Una noche para alegría nuestra, aquel que había estado predicando el Evangelio por muchos años, confesó que había encontrado a Cristo apenas la noche anterior. El reconoció (usando sus propias palabras) que había estado presentado “el Cristo ideal” mas no el Cristo de la Cruz.

El escritor cree que hay miles como este predicador que, quizás, los han llevado a la Escuela Dominical, les han enseñado acerca del nacimiento, vida, y enseñanzas de Jesucristo, que creen en la historicidad de Su persona, que de forma irregular tratan de practicar Sus preceptos, y quienes piensan que eso es todo lo necesario para su salvación. Frecuentemente, esta clase cuando alcanzan la adultez salen al mundo, encuentran los ataques de ateos e infieles y les dicen que tal persona Jesús de Nazaret nunca existió. Pero las impresiones de días anteriores no pueden ser fácilmente borradas, con demasiada frecuencia se encuentra que a pesar de que ellos creen muchas cosas acerca de Jesucristo, realmente no creen en El. Ellos creen con la cabeza que tal persona vivió (y, debido a que ellos creen esto imaginan que en consecuencia son salvos), pero nunca han arrojado las armas de su guerra contra El, nunca han cedido ante Él, ni han creído sinceramente con su corazón en El.

La simple aceptación de una doctrina ortodoxa sobre la persona de Cristo sin que El haya ganado su corazón y la vida en devoción a Él, es otra etapa de ese camino “que al hombre parece derecho” pero su fin “camino de muerte”. Una simple aceptación intelectual a la realidad de la persona de Cristo, y que no va mas allá, es otra etapa de ese camino “que al hombre parece derecho” pero su fin “camino de muerte”, en otras palabras, es otro aspecto del evangelio de Satanás.


¿El Camino Ancho -o- El Camino Angosto?

Y ahora, ¿Cuál es tu posición? ¿Estás en el camino que “parece derecho” pero su fin es muerte?; o, ¿estás en el camino angosto que lleva hacia la vida? ¿De verdad has olvidado el camino ancho que lleva a muerte? ¿El amor de Cristo ha creado en tu corazón un odio y horror por todo lo que le desagrada? ¿Tienes el deseo de que El “reine” sobre tu vida? (Lc.19:14). ¿Estas confiando plenamente en Su justicia y sangre para tu aceptación con Dios?.


¿”Religión” -o- Fe?

Aquellos que están confiando en una forma externa de piedad, tales como el bautismo o “confirmación”; aquellos que son religiosos porque esto se considera una marca de honorabilidad; aquellos que asisten a alguna Iglesia o Capilla porque esa es la moda; y, aquellos que se unen a alguna denominación porque suponen que tal paso les permitirá convertirse en cristianos, están en el camino que “termina en muerte” – muerte espiritual y eterna. Sin importar cuan puros sean nuestros motivos, sin importar cuan noble nuestras intenciones, sin importar cuan buen intencionados nuestros propósitos, sin importar cuan sinceros nuestros esfuerzos, Dios no nos reconocerá como Sus hijos, hasta que aceptemos a Su Hijo.


¿”Conversionismo fácil” -o- Fe con Arrepentimiento?

Una forma incluso más engañosa del evangelio de Satanás es mover a predicadores a presentar el sacrificio expiatorio de Cristo y luego decirles a sus oyentes que todo lo que Dios requiere de ello es que “crean” en Su Hijo. De esa forma, miles de almas impenitentes son engañadas en la idea que han sido salvados. Pero Cristo dijo, “antes si no os arrepentís, todos pereceréis igualmente” (Lc.13:3). “Arrepentirse” es odiar el pecado, afligirse, darle la espalda. Es el resultado del Espíritu haciendo al corazón contristarse ante Dios. Nada excepto un corazón quebrantado puede creer para salvación en el Señor Jesucristo.

De nuevo, miles son engañados en el suponer que han “aceptado a Cristo” como su “Salvador personal,” sin haberle primero recibido como su SEÑOR. El Hijo de Dios no vino aquí para salvar a Su pueblo en su pecado, sino “de sus pecados” (Mt.1:21). Ser salvo del pecado, es ser salvo de ignorar y despreciar la autoridad de Dios, es abandonar el curso de la propia voluntad y auto-satisfacción. Es “olvidar nuestro camino” (Is.55:7). Es rendirse ante la autoridad de Dios, es ceder a Su dominio, es entregarnos nosotros mismos para ser gobernados por El. Aquel que nunca ha llevado el “yugo” de Cristo sobre si, que no está sincera y diligentemente buscando agradarle en todos los detalles de su vida, e incluso supone que está “descansando en la Obra Terminada de Cristo”, está engañado por Satanás.


Conclusión

En el séptimo capítulo de Mateo, hay dos Escrituras que nos dan los resultados aproximados del Evangelio de Cristo y la farsa de Satanás. Primero, en los versículos 13-14, “Entrad por la puerta estrecha; porque ancha es la puerta, y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos son los que entran por ella; porque estrecha es la puerta, y angosto el camino que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan.” Segundo; en los versículos 22-23, “Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos (predicamos) en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros? Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad.” SI, mi lector, es posible obrar en el nombre de Cristo, e incluso predicar en su nombre, y aunque el mundo nos conoce, la Iglesia nos conoce, ¡aun así somos desconocidos al Señor! Cuan necesario es entonces encontrar donde realmente estamos; examinarnos a nosotros mismos y ver si estamos en la fe, medirnos a nosotros mismos por la Palabra de Dios y ver si estamos siendo engañados por nuestro sutil enemigo; para encontrar si estamos construyendo nuestra casa sobre la arena, o si está siendo fundada en la Roca que es Jesucristo.

Que el Espíritu Santo examine nuestros corazones, quebrante nuestros deseos, mate nuestra enemistad contra Dios, trabaje en nosotros un profundo y verdadero arrepentimiento, y dirija nuestra mirada al Cordero de Dios que quita el pecado del mundo.




Para descargar en PDF: http://www.iglesiareformada.com/Pink_Satan_s_y_su_evangelio_-_A.W.Pink.pdf

Fuente: https://www.facebook.com/efraineberth.marianogomez





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