David Criollo
 He visto con mucha frecuencia, hermanos en la fe y páginas 
cristianas exaltar las intenciones del recientemente electo como 
presidente de los Estados Unidos; Donald Trump. 
Entre las muchas cosas 
que he leído, se dice que este hombre le regresará la autoridad y la 
posición de la iglesia. 
LA VEZ QUE ESO OCURRIÓ EN LA HISTORIA FUE POR 
MEDIO DE CONSTANTINO EN EL SIGLO IV, Y LOS QUE CONOCEN LA HISTORIA SABEN
 QUE HA SIDO UNO DE LOS MAS GRANDES DESTRUCTORES DEL CRISTIANISMO 
PRIMITIVO. 
Aquí una breve reseña histórica de los efectos terribles de la obra de aquel emperador romano:
 CONSTANTINO INTENTA "CRISTIANIZAR" EL IMPERIO ROMANO
  Desde el tiempo del emperador Nerón del primer siglo, no había ninguna
 dinastía permanente de emperadores romanos. Al contrario, un emperador 
reinaba un tiempo y luego era derrotado por otro. En el año 306 d. de 
J.C., cuatro rivales compartían la autoridad imperial de Roma. Severo 
reinaba sobre Italia y África del Norte. Constantino reinaba en Bretaña y
 Galia. Dos otros compartían el imperio oriental. Cuando Severo fue 
destronado por otro rival llamado Majencio, Constantino se declaró el 
único emperador legítimo del imperio occidental. Constantino era líder 
bastante hábil, un hombre de decisión y de acción, capaz tanto de 
inspirar al pueblo como también de organizarlo. Poco después de 
declararse el único emperador legítimo del occidente, empezó a cruzar 
los alpes para asaltar a Roma y destronar a Majencio. Después de ganar 
una serie de victorias, Constantino empezó la última fase de la marcha a
 Roma en el año 312. Mientras se acercaba a Roma, tuvo una experiencia 
que iba a tener un impacto profundo en la historia del cristianismo y 
del mundo entero.
 Eusebio, el historiador eclesiástico, unos años 
después escribió de lo que Constantino relató de su experiencia aquel 
día. “El dijo que pasado mediodía, cuando el día empezaba a declinar, 
vieron sus propios ojos la señal de una cruz de luz en el cielo, arriba 
del sol, en la que estaba esta inscripción: ‘Por esta señal, 
vencerás’.”[5] Constantino dijo que después tuvo un sueño en que Cristo le
 dijo que hiciera un estandarte militar en la forma de una cruz. Este 
estandarte le brindaría protección en todas las batallas contra sus 
enemigos. Guiado por estas experiencias, Constantino ordenó que le 
hicieran un estandarte especial. Tenía una lanza dorada vertical,cruzada
 por una barra horizontal—para formar una cruz. Una corona de oro, 
adornada con joyas, estaba colocada encima de la barra transversal, y 
debajo estaban escritas las iniciales de Jesucristo.
 Llevando este 
estandarte a la batalla, los ejércitos de Constantino vencieron 
completamente a los ejércitos de Majencio,cerca del puente Milvio, como 
tres kilómetros fuera de la ciudad de Roma. Así es que cuando 
Constantino se hizo el único emperador del imperio occidental, atribuyó 
su victoria al Dios delos cristianos. La relación de Constantino desde 
este momento con la iglesia se puede entender sólo si se entiende la 
relación que los emperadores romanos siempre habían tenido con la 
religión de sus súbditos. Los romanos siempre eran muy religiosos, y 
siempre atribuían su éxito y prosperidad a los dioses que los bendecían.
 La religión en el imperio romano era asunto público, y siempre se 
entrelazaba con el estado. Oraciones y sacrificios se hacían a los 
dioses en las fiestas del pueblo, y la adoración a los dioses en estas 
ocasiones se consideraba la obligación de todo patriota. Ofender alos 
dioses era delito contra el estado.[6] Constantino creyó que en verdad el 
Dios de los cristianos le había dado la victoria, y que ese mismo Dios 
protegería siempre al imperio... con tal que los emperadores le adoraran
 y la iglesia le fuera fiel. Por esta razón, Constantino empezó a colmar
 de bendiciones a la iglesia y a sus líderes. Uniéndose con el emperador
 del oriente, promulgó el edicto de Milán en 313. Este edicto afirmó: 
“[Resolvemos] otorgar tanto a los cristianos y a todos los hombres la 
libertad de seguir la religión de su conciencia, para que todas aquellas
 deidades celestiales que existieran puedan inclinarse a nuestro favor y
 al favor de todos aquellos que viven bajo nuestro gobierno.”[7] 
 
Notemos que Constantino no hizo del cristianismo la única religión 
oficial del imperio romano. Sencillamente reconoció que la religión 
cristiana era una religión legítima igual a las demás religiones del 
imperio. Con todo, el cristianismo ahora era la religión del mismo 
emperador, y por eso gozaba de más prestigio que las religiones paganas.
 Muchos templos de la iglesia se habían destruido en la persecución que 
hubo antes de que ascendiera Constantino al trono. Por eso Constantino 
ordenó que los volvieran a construir, pagando los gastos del cofre 
público. También empezó a pagar a los ancianos de la iglesia un salario 
con dinero estatal, e hizo leyes que eximieron a los líderes de la 
iglesia de cualquier servicio obligatorio del estado. Esto hizo 
Constantino porque quería que los obispos y diáconos dedicaran su tiempo
 y energías a sus congregaciones. Creía que una iglesia próspera 
aseguraba la bendición de Dios sobre el imperio.[8] Constantino también 
levantó a los cristianos a posiciones prominentes en su gobierno y 
escogió a muchos de sus ministros de estado de entre los cristianos. 
Hasta pidió que los obispos cristianos acompañaran a sus ejércitos a las
 batallas para que tuvieran la bendición de Dios.[9]
 
CONSTANTINO COMIENZA A DERRUMBAR LOS MUROS QUE SEPARABAN LA IGLESIA DEL MUNDO 
 Por dos siglos y medio, el cristianismo había cambiado muy poco. Cuatro
 muros altos lo habían protegido de grandes cambios. Pero el muro de más
 afuera, el muro de un espíritu muy conservador que no permitía ningún 
cambio, ahora era amenazado. Antes de esto, cualquier doctrina o 
práctica nueva se había rechazado de inmediato por los líderes de la 
iglesia. Pero después de la “conversión” de Constantino, la iglesia 
empezó a examinar de nuevo su actitud que condenaba cualquier cambio 
como la introducción del error.
 Por ejemplo, la iglesia siempre 
había dicho que era práctica hereje pagar un salario a sus obispos y 
ancianos. Pero cuando Constantino ofreció pagar los salarios, la iglesia
 reconsideró su posición y decidió aceptar la oferta. La iglesia empezó a
 decir que una nueva era había amanecido para el cristianismo, y que las
 normas antiguas ya no tenían que seguirse. Muchos cristianos ahora 
decían que Dios mismo había cambiado las normas. Eusebio escribió: 
“Tiene que tomar en cuenta todo aquel que considera afondo estos hechos 
que ha aparecido una era nueva y distinta en la historia de la iglesia. 
Una luz antes de esto desconocida ha comenzado a alumbrar en las 
tinieblas de la raza humana. Y todos tenemos que confesar que estas 
cosas son sólo la obra de Dios,quien levantó a este emperador piadoso 
para contrarrestar la multitud de los incrédulos.”[10]
 Cuando describe
 como Constantino invitó a los líderes de la iglesia a sus cámaras 
privadas para que se socializaran con él, Eusebio se parece más a un 
niño ingenuo que a un líder formal de la iglesia: “Los hombres de Dios 
entraron sin temor en las cámaras reales más privadas. Allí comían 
algunos a la misma mesa del emperador, y otros se reclinaban en los 
divanes a ambos lados.Uno hubiera podido pensar que se formaba un cuadro
 del reino de Cristo dado en figuras—un sueño más bien que la 
realidad.”[11]
 El muro exterior que había protegido a la iglesia ya
 estaba roto.Ya no creían más los cristianos que cualquier cambio los 
involucraría en el error. Al contrario, la iglesia empezó a creer que el
 cambio podía traer un mejoramiento. Decían que tal vez el cristianismo 
de los apóstoles no era la cumbre del cristianismo,sino sólo el 
principio. Hasta empezaron a creer que Dios ahora podía dar nuevas 
revelaciones. Los cristianos ahora creían que la profecía de Hageo 
acerca del templo que edificaba Zorobabel podía aplicarse a la iglesia: 
“La gloria postrera de esta casa será mayor que la primera”[12] 
(Hageo 
2.9). Según ellos, la iglesia estaba por alcanzar nuevas cumbres.
 LA IGLESIA AMIGA DE LA MUNDANALIDAD
 El próximo muro que empezó a derrumbarse era él de la separación con el
 mundo, y éste pronto se destruyó por completo. La iglesia era como una 
joven ingenua enamorada con un novio nuevo. El mundo quiso la amistad de
 la iglesia, y la iglesia no vio ningún inconveniente en tal amistad. 
Por primera vez en la historia, ser cristiano daba prestigio social. Y 
hasta preferencia se daba a los cristianos cuando se escogían a los 
oficiales del estado. Sin embargo, esta amistad con el mundo corrompió 
el corazón de la iglesia. Cuando Constantino comenzó a hacer leyes para 
cristianizar a la sociedad, pronto desapareció la distinción entre los 
cristianos y los mundanos. Antes de eso, había muy poco que atraía a un 
incrédulo a la iglesia sino sólo la fe en Dios. Los que se convertían en
 la prosperidad se probaban en los tiempos de persecución, y si no eran 
sinceros, se salían de la iglesia. Pocas personas no regeneradas en 
realidad se atrevían a quedarse en la iglesia. Pero ahora que el 
cristianismo daba prestigio social,muchos entraban en la iglesia. Muy 
pronto, el nombre “cristiano”no significaba nada. Sólo indicaba que una 
persona afirmaba mentalmente que aceptaba el credo cristiano y que había
 recibido los sacramentos de la iglesia.
 Tan pronto como la iglesia
 se hizo amiga del mundo, empezó a actuar como el mundo. Esto no se 
podía evitar, ya que el mundo no puede actuar como Dios lo quiere. 
Actuar como Dios lo quiere,requiere el poder de Dios. Y la muchedumbre 
no regenerada,aunque llamados cristianos, no tuvieron el poder de Dios. 
Además,ni desearon actuar según la voluntad de Dios, ya que la voluntad 
de Dios exige mucha paciencia, la voluntad de sufrir, y una plena 
confianza en él.
 El evangelismo por medio de arquitectura 
deslumbrante Al principio, los cristianos celebraban sus cultos en casas
 privadas (Romanos 16.5). Cuando las congregaciones crecían,convertían 
casas en salones de reunión y los llamaban “casas de oración”. Nadie se 
atraía a la iglesia primitiva por la arquitectura de sus templos, sino 
por las enseñanzas y las vidas piadosas del pueblo que constituía la 
iglesia. Sin embargo, Constantino razonó que más personas serían 
atraídas al cristianismo si los templos fueran más impresionantes. Por 
esto, con dinero del estado, él edificó templos deslumbrantes que 
competían en magnificencia con los templos paganos. Los nuevos templos 
tenían columnatas impresionantes y techos abovedados. Muchos de ellos 
tenían hasta fuentes de agua y pisos elegantes de mármol. Constantino 
quería que ningún pagano pasara por un templo cristiano sin que se 
despertara en él el deseo de mirar por dentro.[15] Su idea resultó muy 
bien. Los paganos se atraían a los nuevos templos magnificentes y como 
resultado, millares de ellos “se convirtieron”.
 En vez de llevar la cruz, los cristianos ahora vendían la cruz.
  Pronto la madre de Constantino, Elena, se aprovechó de las 
circunstancias. Hizo un viaje a Jerusalén y dijo haber descubierto el 
sepulcro de Jesús. Dijo además que halló tres cruces dentro del 
sepulcro, pero que no sabía cuál era de Jesús. Así es que llevó lastres 
cruces a una mujer mortalmente enferma, quien al tocar la cruz de Jesús 
se curó.[16] Así comenzó una ola de manía por las reliquias.Dentro de 
poco, las reliquias aparecían por todos lados: los huesos de los 
profetas, los trozos de la cruz, alguna prenda del vestido de los 
apóstoles, y otras cosas más. Millares de personas testificaron haberse 
curado de sus enfermedades por tocar a tales reliquias, o aun por sólo 
verlos. Y en poco tiempo, los negociantes estaban haciendo buenas 
ganancias, vendiendo tales reliquias supersticiosas.
 
 La vía para alcanzar el corazón del pagano es a través de su estómago.
  El pueblo de Roma no se deleitaba en ninguna otra cosa tanto como en 
los banquetes. La iglesia primitiva había tenido la costumbre de 
recordar a los mártires de la iglesia cada año en el aniversario de su 
muerte con una “comida fraternal” y un culto conmemorativo. Ahora 
algunos cristianos innovadores se dieron cuenta de que podrían atraer a 
los incrédulos a la iglesia si estas comidas fraternales fueran 
convertidas en fiestas para todo el pueblo. La idea resultó muy bien, y 
muchos pueblos enteros “se convirtieron” al cristianismo de esta manera.
 LAS NÓMINAS DE LAS IGLESIAS CRECÍAN
  Habiendo aceptado el hacer cambios, ¿cómo podía la iglesia saber si 
Dios aprobaba los cambios? La respuesta era fácil: para ellos el 
crecimiento indicaba la bendición de Dios. El cristianismo había crecido
 rápidamente por los primeros tres siglos, pero después de la conversión
 de Constantino la iglesia creció bastante de la noche a la mañana. Para
 el tiempo del edicto de Milán (313d. de J.C.), probablemente una décima
 parte del imperio romano se había convertido al cristianismo. Pero eso 
había llevado casi trescientos años. Ahora, dentro de menos de cien años
 después del edicto de Milán, casi todas las demás personas “se 
convirtieron”. La iglesia creía que este crecimiento rápido indicaba que 
Dios aprobaba los cambios que se estaban haciendo. Cuando aceptaron esa 
idea, la iglesia pronto adoptó cualquier práctica que trajera más 
crecimiento. Por ejemplo, introdujeron el uso de las imágenes en la 
iglesia, una práctica abominable para los cristianos primitivos.
 
Dos de los muros que habían protegido al cristianismo primitivo quedaron
 completamente destruidos. Sólo dos quedaron:[1] el referir los 
problemas a las iglesias apostólicas, y [2] la independencia de cada 
congregación. Sin saberlo, Constantino derribó estos dos muros restantes
 con un solo evento: el concilio de Nicea.
PROYECTO EFESIOS 2:20
  
Notas
 Libro CUANDO EL CRISTIANISMO ERA NUEVO (David Bercot 2006).
 1. Véase Cipriano, On the Lapsed, y Comodiano, Instruction on Christian Discipline.
 2. “Y en este punto estoy indignado justamente por la tontería de 
Esteban (obispo de Roma), que él se jacta tanto de la ciudad de su 
obispado, y afirma que le pertenece la sucesión de Pedro, sobre quien 
los cimientos de la iglesia se colocaron.” Firmiliano, To Cipriano, 
(epístola74), capítulo 17.
 3. Samuel Johnson, Life of Johnson por Boswell, tomo 1, p. 348.
 4. Eusebio, History, tomo 8, capítulo 1.
 5. Eusebio, The Life of Constantine, tomo 1, capítulo 28
 .6. Véase Orígenes, Against Celsus, tomo 8, capítulos 24, 55, etc.
 7. Eusebio, History, tomo 10, capítulo 5.
 8. Ibid., capítulos 5, 7.
 9. Eusebio, Constantine, tomo 2, capítulo 44; tomo 4, capítulo 56.
 10. Ibid., tomo 3, capítulo 1.
 11. Ibid., capítulo 15.
 12. Eusebio, History, tomo 10, capítulo 4.
 13. Sócrates, History of the Church, tomo 2, capítulo 13. Véase también tomo 1, capítulo 24.
 14. Eusebio, Constantine, tomo 3, capítulos 64, 65.
 15. Eusebio, History, tomo 10, capítulo 4.
 16. Sócrates, History, tomo 1, capítulo 17.
Fuente: https://www.facebook.com/david.criollo.92/posts/1277124795667454
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