miércoles, 24 de mayo de 2017

El Temor al Escepticismo Teológico



R.C. Sproul


La subcultura cristiana padece de una profunda desconfianza hacia la teología. En muchos casos esta aversión a la teología obedece a una desconfianza hacia los teólogos.






V. Langmead Casserley, el eminente apologista anglicano, dedicó un capítulo entero de su libro Apologetics & Evangelism ("Apologética y Evangelismo") al tema, "La traición de los intelectuales".

Casserley observó que la creciente desconfianza por parte del público cristiano hacia los teólogos ha sido provocada por el escepticismo radical hacia la Biblia y el cristianismo histórico que los eruditos del criticismo moderno manifiestan.

Fueron los teólogos dentro de la iglesia los primeros en declarar que Dios estaba muerto. Los profesores de seminarios y profesores de facultades cristianas son las voces que más se escuchan atacando la confiabilidad de las Escrituras. A comienzos de este siglo el teólogo holandés Abraham Kuyper señaló que "la crítica bíblica se ha convertido en el vandalismo bíblico". 


Es indudable que muchos de los seminarios teológicos en los Estados Unidos se han convertido en ciudadelas del descreimiento. Los padres cristianos se sorprenden y se desconciertan cuando sus hijos regresan a sus hogares de las así llamadas facultades "cristianas" cargados con las dudas y el escepticismo que han aprendido de sus profesores. 


La reacción a esta traición teológica teológica suele ser: "Si esto es a lo que conduce el estudiar teología, más vale abandonar cualquier intento".

No hay duda de que la mala teología existe. 


No hay duda de que el estudio profundo de la teología expone al estudiante a la crítica escéptica. No hay duda de que mucho de lo que pasa por ser teología cristiana no es más que el mero intento del teólogo por justificar su propio descreimiento.

Sin embargo, debemos recordar que aunque la teología escéptica cunda por doquier en nuestras instituciones, su presencia no es nueva. 


Los principales opositores de Jesús durante su ministerio en esta tierra pertenecían a la clase clerical. 

Los teólogos en los días de Jesús odiaban la teología de Jesús. 

Pero el rechazar a toda la teología y a la educación teológica para evitar la mala teología es cometer un suicidio espiritual. 

Es el ejercicio de otro tipo de traición. Rechazar la teología es rechazar el conocimiento de Dios. 

Y esta no es una opción abierta para el cristiano.



-R C Sproul " Las Grandes doctrinas de La Biblia"-

 


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