Plantando Iglesias Bajo la Gracia
¡El Nuevo Pacto es nuestra guía en cuestiones de fe y práctica!
¡Vivimos… y morimos… siguiendo lo que indica El Libro, no lo que dice ningún hombre!
«Que los cristianos de la era apostólica hayan erigido edificios especiales para la adoración es algo que está fuera de la cuestión… Como el Salvador del mundo nació en un establo y ascendió a los cielos desde una montaña, del mismo modo sus apóstoles y sus sucesores hasta llegar al tercer siglo predicaron en las calles, mercados, montañas, barcos, sepulcros, desiertos o bajo aleros, y en los hogares de aquellos que se convertían. Sin embargo, ¡cuántos miles de costosas iglesias y capillas se han construido y aún se siguen construyendo desde entonces en todas partes del mundo para honrar al Redentor crucificado, que en los días de su humillación no tuvo lugar ni para reclinar su cabeza!».
PHILIP SCHAFF, HISTORIADOR Y TEÓLOGO DE LA IGLESIA
NORTEAMERICANA DEL SIGLO XVIIII
¿Cuáles son los pensamientos del creyente actual?
"Tengo que conseguir una iglesia, un templo para congregarme, tiene que ser grande, hermoso, bien organizado, que el pastor predique sin que pueda bostezar más de 2 veces, es decir que sea entretenida, moderna, y la música ¡oh sí! la música debe ser esplendida, las luces todo de lujo. Esa si es la iglesia donde quiero ir a escuchar la palabra de Dios."
Ni hablar del pensamiento de un pastor:
"¿No es maravilloso estar en la casa de Dios hoy? Debemos mostrar reverencia cuando entramos al santuario del Señor. O de la madre que le dice (en voz baja) a su hijo, que se muestra demasiado alegre: Borra esa sonrisa de tu cara; ¡estás en la iglesia ahora!."
¡Nos comportamos cuando estamos en la casa de Dios! Pareciera en muchos casos una historia de amor entre el ladrillo y el sentimiento de que ese local es el lugar santo que Dios visita cuando entre canciones y emociones invocan Su Nombre. Pues queridísimos lectores, nada de estos pensamientos deberían ser de la iglesia del Nuevo Pacto. Ellos más bien reflejan el concepto de otras religiones; principalmente el del judaísmo y del paganismo.
TEMPLOS, SACERDOTES Y SACRIFICIOS
El judaísmo antiguo se centraba en tres elementos: el templo, el sacerdocio y el sacrificio. Cuando Jesús vino, acabó con los tres, ya que todos se cumplieron en él. Él es el templo que encarna en sí mismo a una nueva casa viva, hecha «sin manos», con piedras vivas.
Él es el sacerdote que ha establecido un nuevo sacerdocio.
Y también es el sacrificio perfecto y acabado “Y el Logos se hizo carne, y tabernaculizó entre nosotros, y contemplamos su gloria (gloria como del Unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad” Juan 1:14 (donde la palabra griega traducida por habitó literalmente significa «hizo tabernáculo»)
“Respondió Jesús, y les dijo: Destruid este templo, y en tres días lo levantaré. Dijeron entonces los judíos: Durante cuarenta y seis años fue edificado este templo, ¿y tú lo levantarás en tres días? Pero Él hablaba del templo de su cuerpo.” Juan 2:19-21.
Leemos también referencias de Cristo como una casa nueva hecha de piedras vivas en Marcos 14:58; Hechos 7:48; 2 Corintios. 5:1, 6:16; Efesios. 2:21-22; Hebreos 3:6-9, 9:11, 24; 1 Timoteo 3:15.) [1]
Por lo tanto, el templo, el sacerdocio profesional y el sacrificio del judaísmo, los tres han caducado con la venida de Jesucristo. Cristo es el cumplimiento y la realización de todo eso. El mensaje de Esteban en Hechos 7, indica que «el templo era meramente una casa hecha por hombres y originada a partir de Salomón; no tenía conexión con el tabernáculo de reunión que se le había ordenado a Moisés levantar en base a un patrón revelado divinamente y que se había mantenido hasta el tiempo de David[2]. Esteban utiliza el mismo lenguaje en Hechos 7:48. En otras palabras, Dios no habita en templos hechos por manos.
¡Nuestro Padre Celestial no es el habitante de un templo!
Es bueno recordar que estos tres elementos (templos, sacerdotes, sacrificios) se hallaban presentes también dentro del paganismo greco-romano: los paganos tenían sus templos, sus sacerdotes, y sus sacrificios. Solo los cristianos se deshicieron de todos esos elementos. ¿Que encontramos en la Palabra?
“Por tanto, nadie os juzgue en comida, o en bebida, o respecto a solemnidades, o novilunio, o sábados, todo lo cual es sombra de las cosas venideras, pero la realidad es del Mesías.” Colosenses 2:16-17
Cristo vino a cumplir con lo que había sido la sombra de la ley judía. El libro de hebreos nos habla de esto, en el Nuevo Testamento (Nuevo Pacto) se nos habla que Dios no requiere ningún sacrificio santo ni un sacerdocio mediador. Todas las cosas han tenido cumplimiento en Jesús, tanto el sacrificio como el sacerdocio mediador. Se podría decir con certeza que el cristianismo fue la primera creencia en emerger que no tenía como fundamento un templo. En la mente de los cristianos primitivos, la gente (y no la arquitectura) configuraba el espacio sagrado. Los cristianos primitivos comprendían que ellos mismos, en forma corporativa, eran el templo de Dios y la casa de Dios, encontramos en 1Corintios 3:16; Gálatas 6:10; Efesios. 2:20-22; Hebreos 3:5-6; 1 Timoteo 3:15; 1 Pedro 2:5, 4:17. Todos estos pasajes se refieren al pueblo de Dios, no a un edificio. “En el Antiguo Testamento, Dios tuvo un santuario para su pueblo; en el Nuevo, Dios tiene a su pueblo como santuario”.
En ningún lugar del Nuevo Testamento (Nuevo Pacto) se da el uso de los términos iglesia (ekklesia), templo o casa de Dios para hacer referencia a un edificio. ¡A los oídos de los cristianos del primer siglo llamar ekklesia (iglesia) a un edificio hubiera sonado como decirle esposa a un condominio [3]. La iglesia se describe como “la esposa de Cristo” la mujer más hermosa del mundo: Juan 3:29; 2 Corintios. 11:2; Efesios 5:25-32; Apocalipsis 21:9.
El primer registro que se encuentra de la palabra ekklesia en referencia a un lugar de reuniones cristiano provino de Clemente de Alejandría (150-215) y es de alrededor del año 190 d.C. Clemente también fue la primera persona en usar la frase «ir a la iglesia», que era un pensamiento exógeno, ajeno, al pensamiento de los creyentes del primer siglo. (¡Uno no puede ir a algo que no es un lugar sino lo que uno es!) A través de todo el Nuevo Testamento, ekklesia siempre hace referencia a una asamblea de personas, y no a un lugar. La palabra ekklesia en cada una de sus 114 apariciones en el Nuevo Testamento (Nuevo Pacto) hace mención a una asamblea de personas. (La palabra inglesa que se usa para iglesia, church, deriva del término griego kuriakon, que significa «perteneciente al Señor». Con el tiempo, adquirió el significado de «casa de Dios» y se la aplicó a un edificio).
Aun así, la mención de Clemente a «ir a la iglesia» no tenía que ver con asistir a un edificio destinado a la adoración. Más bien se refería a las casas de propiedad privada que los cristianos del segundo siglo solían utilizar para sus reuniones. Los cristianos no erigieron edificios especialmente destinados a rendir culto hasta la era constantiniana, en el siglo cuarto. Graydon F. Snyder, erudito en Nuevo Testamento, señala:
“No existe evidencia literaria ni indicio arqueológico de que alguno de esos hogares se haya convertido en el edificio de una iglesia que aún perdure. Y ciertamente no hay ninguna iglesia que aun exista y que fuera construida antes de Constantino”.
En otra obra él dice: “La primera iglesia se reunía de forma sistemática por los hogares. Hasta el año 300 no sabemos acerca de edificios que hayan sido construidos originalmente como iglesias Tampoco contaban con una casta sacerdotal específica apartada para el servicio de Dios.” En lugar de eso, cada creyente reconocía que era un sacerdote para Dios. Los cristianos primitivos también dejaron de lado los sacrificios. Porque ellos comprendían que el sacrificio verdadero y final (Cristo) ya se había efectuado. Los únicos sacrificios que ofrecían eran los sacrificios espirituales de alabanza y acción de gracias (ver Hebreos 13:15 y 1 Pedro 2:5). Cuando esto evolucionó hacia el Catolicismo romano, entre los siglos cuarto y sexto, este absorbió muchas de las prácticas religiosas tanto del paganismo como del judaísmo. Estableció un sacerdocio profesional. Erigió edificios sagrados Y convirtió a la Cena del Señor en un sacrificio misterioso.
Siguiendo el sendero de los paganos, el Catolicismo primitivo adoptó todas estas cosas, que fueron transmitidas hasta el día de hoy. Los cristianos primitivos creían que Jesús era la misma presencia de Dios. Creían que el cuerpo de Cristo, la iglesia, constituía el templo. Aunque el Señor Jesús hizo mención al templo que existía en un sentido arquitectónico, en realidad hablaba de su cuerpo. Jesús dijo que luego de que su templo fuera destruido, él lo levantaría en tres días. Hacía referencia al verdadero templo, la iglesia, qué él levantó en su misma persona al tercer día[4] (Efesios 2:6).
Dado que Cristo se levantó, los cristianos nos hemos convertido en el templo de Dios. Con su resurrección, Cristo se volvió el «Espíritu que da vida» (1 Corintios 15:45). Por lo tanto, puede residir en los creyentes, haciéndolos su templo, su casa. Por esa razón el Nuevo Testamento siempre reserva la palabra iglesia (ekklesia) para el pueblo de Dios. Nunca utiliza esa palabra para referirse a un edificio de ningún tipo.
La acción de Jesús de limpiar el templo no solo mostró su enojo con los cambistas por la falta de respeto hacia el templo, que constituía una ilustración de lo que era la verdadera casa de Dios, sino que también significaba que la «adoración al templo» del judaísmo sería reemplazada por él mismo. Con la venida de Jesús, Dios el Padre ya no sería adorado en una montaña o en un templo. En lugar de eso sería adorado en espíritu y en verdad. Cuando el cristianismo nació, era la única religión en el planeta que no tenía objetos sagrados, ni personas sagradas, ni espacios sagrados.
Aunque rodeados por sinagogas judías y templos paganos, los cristianos primitivos eran el único pueblo religioso de la tierra que no erigía edificios sagrados para rendir culto. La fe cristiana nació en los hogares, en los patios, a lo largo de los caminos. La Biblia enseña que la iglesia, la comunidad de los creyentes, es el verdadero templo (2 Corintios. 3:16; Efesios 2:21) y constituye la verdadera morada de Dios sobre la Tierra y la adoración, por lo tanto no se sitúa dentro de una ubicación espacial ni separado de la totalidad de la vida. Hablando desde lo bíblico, el «lugar sagrado» de los cristianos resulta tan omnipresente como su ascendido Señor. La adoración no es algo que sucede en cierto lugar en un momento determinado. Es un estilo de vida. La adoración tiene lugar en espíritu y en verdad dentro del pueblo de Dios, porque es allí donde Dios vive hoy. Amados hermanos, con este resumen puede observar que todo lo que nos han enseñado ha sido una gran mentira, al decir que Dios está en un lugar confinado a paredes y un techo. En el nuevo pacto somos templo y morada del Espíritu Santo[5].
¿No sabéis que sois santuario de Dios, y el Espíritu de Dios mora en vosotros? Si alguno destruye el santuario de Dios, Dios lo destruirá a él, porque el santuario de Dios es santo, el cual sois vosotros. Nadie se engañe a sí mismo. 1 Corintios 3:16
Gracia y Paz…
[1] Biblia Textual 3era edición
[2] Ver el libro de Harold W. Turner From Temple to Meeting House: The Phenomenology and Theology of Places of Worship [De templo a casa de reunión: La fenomenología y teología de los lugares de adoración], Mouton Publishers, La Haya, 1979, pp. 116-117. Ver también Mar. 14:58, donde Jesús dice que el templo de Salomón (y de Herodes) fue hecho «a mano».
[3] Arthur Wallis The Radical Christian [El cristiano radical], Cityhill Publishing, Columbia, MO, 1987, p. 83
[4] El apologista cristiano del tercer siglo Minucio Félix escribió: «No tenemos templos ni altares». The Octavius of Minicius Felix [El Octavio de Minucio Félix], capítulo 32. Ver también la obra de Robert Banks Paul’s Idea of Community [La idea de Pablo sobre la comunidad], Hendrickson Publishers, Peabody, MA, 1994, pp. 8-14, 26-46.
[5] Algunas ideas de este material fueron tomadas del libro paganismo en tu cristianismo por Frank Viola-George Barna.
Fuente: http://plantandoiglesiasbajolagracia.blogspot.com.ar/2015/08/nueve-mentiras-que-nos-han-dicho.html
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