Jack Fleming
La respuesta simple sería porque posiblemente creen que todos en su congregación son sordos. Pero la verdad en esta costumbre carismática, es que consiste en una técnica aprendida y practicada por todos aquellos que presentan un mensaje muy liviano y piensan que con su fogosidad le pueden impregnar "un fuego" especial a su predicación.
Estos pastores carismáticos consideran su griterío como muestra de "la unción" que poseen, y que si lo hicieran de una forma normal, seguramente que sus congregaciones no los escucharían.
En esas iglesias acostumbradas al bullicio y al desorden, es parte del espectáculo que deben presentar a una membresía que asiste principalmente atraída por lo emocional, la música, los saltos, los aplausos y gritos.
Este hábito dista enormemente del ejemplo bíblico, donde vemos que todo eso no solamente cae en la irreverencia, sino que también en el repudio divino. Los gritos y saltos es una práctica que aún se puede ver en países africanos donde adoran diferentes dioses.
Veamos que dice la Biblia de todo esto:
1Ry. 18:25-29 "Entonces Elías dijo a los profetas de Baal: Escogeos un buey, y preparadlo vosotros primero, pues que sois los más; e invocad el nombre de vuestros dioses, mas no pongáis fuego debajo. Y ellos tomaron el buey que les fue dado y lo prepararon, e invocaron el nombre de Baal desde la mañana hasta el mediodía, diciendo: ¡Baal, respóndenos! Pero no había voz, ni quien respondiese; entre tanto, ellos andaban saltando cerca del altar que habían hecho.
Y aconteció al mediodía, que Elías se burlaba de ellos, diciendo: Gritad en alta voz, porque dios es; quizá está meditando, o tiene algún trabajo, o va de camino; tal vez duerme, y hay que despertarle. Y ellos clamaban a grandes voces. Pasó el mediodía, y ellos siguieron gritando frenéticamente hasta la hora de ofrecerse el sacrificio, pero no hubo ninguna voz, ni quien respondiese ni escuchase".
Ecl. 5:1-2 "Cuando fueres a la casa de Dios, guarda tu pie; y acércate más para oír que para ofrecer el sacrificio de los necios; porque no saben que hacen mal. No te des prisa con tu boca, ni tu corazón se apresure a proferir palabra delante de Dios; porque Dios está en el cielo, y tú sobre la tierra; por tanto, sean pocas tus palabras".
Sl. 37:7 "Guarda silencio ante Jehová, y espera en él".
Sl. 46:10 "Estad quietos, y conoced que yo soy Dios".
Lc. 10:39-42 "Esta tenía una hermana que se llamaba María, la cual, sentándose a los pies de Jesús, oía su palabra. Respondiendo Jesús, le dijo: Marta, Marta, afanada y turbada estás con muchas cosas. Pero sólo una cosa es necesaria; y María ha escogido la buena parte, la cual no le será quitada".
La buena parte que hace referencia el Señor, es el silencio reverente que tuvo María a Sus pies, y no saltando o gritando como lo hacen aquellos que no conocen al Dios de orden.
1Cor. 14:40 "hágase todo decentemente y con orden".
A la iglesia más carnal que registra el Nuevo Testamento, la iglesia de los corintios, Dios debe reprenderlos y llamarlos al orden en Su Palabra diciéndoles: "Hágase todo decentemente y con orden".
También les tiene que decir cosas tan elementales, debido a su falta de madurez, como que debían hablar y orar de uno a la vez, no todos al mismo tiempo sino que por turno, porque se produce un desorden que se contradice con la verdad que Dios es Dios de orden, lo cual debe reflejarse obviamente en Su casa.
Pero donde el desorden y los gritos son los gérmenes que fermentan lo emocional, ahora no basta con predicar gritando, sino que además han debido hacer importantes inversiones para adquirir sofisticados equipos estereofónicos para aumentar el volumen a varios decibelios, hasta obtener ese estado hipnotizante que aturde los sentidos, que es lo que desean lograr, aunque dañe el sistema auditivo de su congregación.
En consecuencia, es una abierta contradicción gritar en la casa de Dios, donde la consideración de Su presencia debería consumirnos y hacernos inclinar nuestras cabezas en un temor reverente. Sería un absurdo de proporciones mayores, tan solo imaginar al sumo sacerdote hacer su participación en el templo con gritos y saltos.
1Ti 1:6-7 "de las cuales cosas desviándose algunos, se apartaron a vana palabrería, queriendo ser doctores de la ley, sin entender ni lo que hablan ni lo que afirman".
Aquellos que se expresan de esa forma tan carnal, solamente están demostrando que no tienen conciencia de lo que es estar en la presencia misma del Dios de la gloria, ante quien hasta los querubines se cubren en Su presencia y con mucho temor hablan ante Él (Is.6).
Fuente: https://www.facebook.com/WYLYBORRELLA/posts/10204994612969430
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