martes, 11 de marzo de 2014

Los Planes Satánicos: AGENDA GAY: El papa Francisco quiere Aceptar el MATRIMONIO HOMOSEXUAL



Dezpierta


El Papa Francisco afirmó que hay una necesidad verdadera por parte de parejas del mismo sexo de tener la protección legal y económica del estado, viendo a las uniones civiles como un punto medio que la Iglesia Católica puede aceptar, según el periódico italiano Corriere della Sera.




En entrevista con el medio italiano, el Sumo Pontífice aseguró que es posible que la religión católica se abra a nuevas formas de uniones civiles.


El matrimonio es entre un hombre y una mujer. Los Estados laicos quieren justificar las uniones civiles para regular diversas situaciones de convivencia, impulsados por la necesidad de regular aspectos económicos entre las personas, como, por ejemplo, la obra social. Hay que ver cada caso y evaluarlos en su diversidad, dijo Francisco en la entrevista. 


A esto, añadió que es “necesario mirar los diversos casos y evaluarlos en su singularidad” para determinar cómo entiende la Iglesia esta tendencia mundial.

Además de aceptar en cierta medida las uniones civiles, el Papa también expresó que en octubre se evaluará el uso de las pastillas anticonceptivas, sin embargo, advirtió que no serán cambiadas las enseñanzas católicas respecto a ese tema


Fuente: http://www.acontecercristiano.net/2014/03/papa-francisco-dice-que-podria-aceptar.html 



Nota dezpierta: La agenda gay lo empapa todo. La mayoría de las iglesias se están viendo inundadas con el problema que supone convivir con las nuevas normas sociales de aceptar y proteger a los homosexuales.

¿Debe la iglesia de Cristo aceptar en sus filas a homosexuales? Es una pregunta para la cual existen varias respuestas. 

En primer lugar debemos dejar claro que la Palabra de Dios condena las prácticas sexuales entre personas del mismo sexo. Pero no condena el afecto ni la convivencia entre personas del mismo sexo. 

“¿No sabéis que los injustos no heredarán el reino de Dios? No erréis; ni los fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los que se echan con varones, ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los maldicientes, ni los estafadores, heredarán el reino de Dios”. (1ª Corintios 6:9-10) 

Cualquiera de éstos ejemplos, es de gente que persiste en su pecado. No se arrepienten de él. Pero la iglesia es el lugar al cual van los enfermos espirituales a curarse de la misma forma que todos vamos al hospital cuando tenemos algún tipo de enfermedad física.

¿Para qué iría alguien a un hospital si no quiere curarse de su enfermedad?, ¿son los homosexuales enfermos espirituales? La Biblia los considera así. Todo aquello que nos separa de Dios, que reafirma y refuerza las tendencias de la carne, es una enfermedad espiritual. 

Yo soy un enfermo espiritual, tengo muchos defectos, muchas malas tendencias que me separan de Dios. Por eso me acerco a los pies de Cristo para que Él me sane. Pero ¿qué sentido tendría acercarme a Jesús exigiendo la aceptación de mi condición humana y sin el deseo de ser cambiado por Él?
“Y decía a todos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día, y sígame”. (Lucas 9:23) 

Para seguir a Jesús debemos negar nuestras tendencias. Debo negar mis inclinaciones hacia la bebida, la pornografía, el juego, la mentira, etc. Esto no quiere decir que no vaya a volver a caer ante alguna de estas tentaciones, pero mi actitud frente a ellas será la de negarlas y no aceptarlas como algo normal. 

La iglesia debe respetar a todos los seres humanos. Debe defender la protección de los derechos de todos y cada uno de los hombres, mujeres y niños de nuestra sociedad, independientemente de qué crean o de qué quieran. 

Pero eso no quiere decir que la iglesia deba aceptar a aquellos que no reconocen que están enfermos, así como un hospital no puede acoger a alguien que tiene una enfermedad contagiosa y no quiere tratársela. Porque podría terminar contagiando a los demás. Y es indiscutible que el pecado es contagioso. 

Existen muchos alcohólicos que no quieren dejar la bebida. Su sitio no está entre aquellos que sí quieren dejarla. Alcohólicos anónimos no aceptaría a alguien que trata de convencer a los que quieren dejar la bebida de que la bebida es buena o de que es inevitable beber porque forma parte de nuestra condición humana. 

La iglesia no es un club social, es un lugar al que van aquellos que desean negarse a sí mismos para poder llegar a parecerse a Cristo.

Cualquier persona con la tendencia pecaminosa que sea, tiene derecho a permanecer en la iglesia siempre y cuando reconozca que esa tendencia es errónea. Si lo que pretende es hacer que la iglesia acepte su tendencia como algo normal, no ha entendido el mensaje del Evangelio: “el que quiera seguirme, niéguese a sí mismo…” 


Bendiciones.


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Fuente: http://www.dezpierta.es/?p=4692



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