jueves, 22 de junio de 2017

LA PROHIBICIÓN DEL NOMBRE "JESÚS" POR LAS SECTAS JUDAIZANTES



QEJ


Desde tiempos bíblicos, el apóstol Pablo (ex-rabino fariseo conocido en el judaísmo como Saulo/Shaul), tuvo la necesidad de realizar apología ante las sectas judaizantes de sus días que traían confusión a las iglesias de la región, eso puede estudiarse ampliamente en sus escritos a Gálatas y Filipenses. 







Gálatas 3:1-3: ¡¡Oh gálatas insensatos!! ¿Quién os fascinó para no obedecer a la verdad, a vosotros ante cuyos ojos Jesucristo fue ya presentado claramente entre vosotros como crucificado? Esto solo quiero saber de vosotros: ¿Recibisteis el Espíritu por las obras de la ley, o por el oír con fe? ¿Tan necios sois? ¿Habiendo comenzado por el Espíritu, ahora vais a acabar por la carne?... (RVR1960)

En las dos últimas décadas a tomado fuerza un grupo separatista de cristianos judaizados que se autoproclaman 'judíos'.

Estos haciendo uso de conocimientos extrabíblicos (sobretodo rabínicos) mediante juegos de palabras 'lógicos' no necesariamente exactos, explicada desde su perspectiva filojudía (simpatizantes con el Judaísmo), criptojudía  (practicantes del judaísmo en oculto) y judaizante (practicantes).

Entre esos juegos mentales resalta el tema de los 'Nombres Santos', donde afirma que no se debe seguir haciendo uso de los nombres herejes: "Jesús y Jehová"; y que bajo 'sustitución total' deben pronunciarse los nombres originales hebreos: Yeshua/Yehoshua/Yeshu... y Yahweh/Yahveh.
¿Cómo se filtra el Fuego Extraño de la Secta Judaizante? 

El 'Movimiento Nombres Santos' o 'Nuevos Judaizantes' se introduce con lógica pura por medio de dos preguntas:

¿Se traducen los nombres propios? y ¿Jesús era Judío o Griego?

La trampa es tan sutil, astuta y sumamente poderosa que fácilmente ha capturado la mente de neófitos y maduros cristianos, dividiendo familias y hasta iglesias.

Cuando la víctima encuentra confusión y razona las respuestas de las preguntas respondiendo la primera con un ¡¡NO!! y a la segunda: ¡¡Judío!! - comienza a darle fuerza a la artimaña demoníaca, con la siguiente serie de preguntas: "Entonces, ¿por qué le decimos Jesús si su nombre hebreo es Yeshua?"... Lo que hace que el oyente sea atraído intelectualmente dando paso al secuestro de su conciencia.

Y se va alimentando con información ajena a la realidad, por ejemplo, con los supuestos significados del nombres de Jesús: cerdo, caballo/potro, golondrina e hijo de Zeus. 



Respuesta Técnica y Bíblica: ¿Por qué decimos Jesús en lugar de su nombre hebreo?




Captura: Google | Wikipedia


Cuando no tenemos ni idea de la preparación académica y profesional de los expertos que traducen e interpretan textos antiguos como los bíblicos, es posible que creamos cualquier cosa relacionada que nos digan.

Más cuando ignoramos todo lo que se requiere para traducir e interpretar un texto antiguo a nuestra lengua moderna.

Los filólogos han realizado una sobresaliente labor en versiones bíblicas como la Reina Valera y La Biblia de las Américas, entre otras.

Se trata de un exhaustivo proyecto, no de uno sino de decenas de profesionales y grupos de la filología cuando se trata de la traducción de los textos antiguos, como los manuscritos hebreos, arameos y griegos de los que se compone la Biblia.

Un avanzado conocimiento de las reglas idiomáticas, semántica, reglas ortográficas, lingüística y la evolución histórica de las lenguas antiguas y contemporáneas que están en juego.

Gracias a la filología sabemos que el nombre 'Jesús' es una transliteración castellana del nombre del griego koiné: Iesous (Ἰησοῦς), nombre que fue construido a través de las reglas de la naturalización de extranjeros del Imperio Romano aplicada al nombre hebreo Yeshua (ישׁוע), que se trata de una contracción/abreviación tardía del nombre arameo Yehoshua (יהושע).

No existe ningún error de traducción. Tampoco es un invento del Vaticano. Y menos una 'transliteración latina', como dicen algunos.

Es correcto pronunciar el nombre Jesús en castellano, o Jesus en Inglés, o Jésus en Francés, o 耶穌 [Yēsū] en chino tradicional, o イエス [Iesu] en japonés, o يسوع [Yasue] en árabe, o यीशु [Yeeshu] en Hindú, etc. 

La regla internacional que los nombres propios no se traducen aplica en aquellas lenguas con grafías homogéneas, por ejemplo: el Alfabeto (A,B,C,D,E...) es el mismo en Inglés, Español, Portugués... aunque se pronunciarán diferente: Roger, Royer, Roller, Rodger, Rogerio, Rogelio, Roguer, Rogger... pero en esencia el mismo.

Pero las grafías o signos en lenguas como: Ruso, Chino, Árabe, Griego, Hebreo, Hindú... son muy diferentes a nuestro alfabeto; y requieren ajustes de traducción/interpretación/transliteración para ser asimilables en nuestra lengua. Deben pasar del Ruso-Español, Chino-Español... o como los de la Biblia: Hebreo-Español, Arameo-Español y Griego-Español.




 
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