viernes, 24 de octubre de 2014

Ustedes También van a Marcharse?



Soldados de Jesucristo


En la Biblia encontramos una historia muy conocida en la cual Jesús sacia el hambre de una gran multitud de gente que le seguía. En el mismo pasaje donde vemos a Jesús alimentando a esa gran multitud podemos también encontrar las verdaderas razones por la que la gente le seguía y su reacción cuando fueron confrontados por Jesús.





Una gran multitud siempre lo seguía a todas partes porque veía las señales milagrosas que hacía cuando sanaba a los enfermos (Juan 6:2).
 
Vemos que Jesús toma 5 panes y dos pescados y alimenta a una multitud de por lo menos 15 mil personas (si contamos a todo el mundo) y sobran 12 canastas de comida.
 
La gente, al ver la señal milagrosa que Jesús había hecho, exclamó: «¡No hay duda de que es el Profeta que esperábamos!». Cuando Jesús vio que estaban dispuestos a hacerlo rey a la fuerza, se escabulló hacia las colinas él solo (Juan 6:14,15).

La gente se asombró por el milagro y creyeron que Jesús era el Profeta que ellos estaban esperando y ya querían hacerle rey a la fuerza. Ante esto Jesús salió corriendo. Cuando los discípulos se dan cuenta de que Jesús se fue y los dejó solos, salieron en su barca y se fueron a tratar de encontrarle. Es cuando viene una tormenta en medio del lago y Jesús se les aparece caminando en las aguas y calma la tempestad.

Al día siguiente, cuando la gente llegó y no encontró ni a Jesús ni a sus discípulos, vemos lo que pasó:

Al día siguiente, la multitud que se había quedado en la otra orilla del lago se dio cuenta de que los discípulos habían tomado la única barca y que Jesús no había ido con ellos. Varias barcas de Tiberias arribaron cerca del lugar donde el Señor había bendecido el pan y la gente había comido. Cuando la multitud vio que ni Jesús ni sus discípulos estaban allí, subieron a las barcas y cruzaron el lago hasta Capernaúm para ir en busca de Jesús (Juan 6:22-24).
 
Aquí vemos que no sólo estaba la multitud del día anterior, sino que ya había venido más gente en busca de “su milagro”. Cuando por fin encuentran a Jesús le preguntan el por qué se había marchado de ellos tan repentinamente. Jesús les contesta así:
 
Les digo la verdad, ustedes quieren estar conmigo porque les di de comer, no porque hayan entendido las señales milagrosas (Juan 6:24)

Jesús sabía que esta gente no creía en Él, que no lo estaba aceptando como Salvador, que era sólo por puro interés que quería estar con Él.  Entonces Jesús comienza a evangelizarlos, a hablarles sobre la necesidad del alimento espiritual que sólo Él podía ofrecerles y les dice que debían aceptarle a Él como Hijo de Dios para obtener vida eterna.

Jesús les respondió: Yo soy el pan de vida. El que viene a mí nunca volverá a tener hambre; el que cree en mí no tendrá sed jamás. Pero ustedes no han creído en mí, a pesar de que me han visto (Juan 6:35,36)
 
¿Cuál fue la reacción de la misma gente que el día anterior quería coronarle?
Entonces la gente comenzó a discutir entre sí sobre lo que él quería decir. «¿Cómo puede este hombre darnos de comer su carne?», se preguntaban (Juan 6:52).
 
¡Lo más impresionante de la historia es la reacción de muchos de sus propios discípulos!
Muchos de sus discípulos decían: «Esto es muy difícil de entender. ¿Cómo puede alguien aceptarlo?» (Juan 6:60).
 
Y esto a Jesús no lo tomó por sorpresa y les dijo:
"Pero algunos de ustedes no me creen" (Pues Jesús sabía, desde un principio, quiénes eran los que no creían y también quién lo traicionaría) (Juan 6:66).
 
Luego pasó lo que tenía que pasar:

A partir de ese momento, muchos de sus discípulos se apartaron de él y lo abandonaron. Entonces Jesús, mirando a los Doce, les preguntó: ¿Ustedes también van a marcharse?(Juan 6:66,67).


Cual es la conclusión a toda esta historia?

El ministerio de Jesús no fue necesariamente el de “complacer” o “darle a la gente lo que querían”; Su ministerio fue el de mostrar que Él era el Hijo de Dios y el de mostrar la necesidad que tenemos nosotros como pecadores de arrepentirnos de nuestros pecados y seguirle a Él. Lamentablemente vemos aquí algo que se repite en nuestros tiempos; cuando la gente se dio cuenta de la realidad del mensaje de Jesús, lo abandonó al punto que al final de su ministerio no le quedaba casi nadie.

Hoy Jesús nos hace la misma pregunta:



“¿Ustedes también van a marcharse?”




Fuente: http://sdejesucristo.org/ustedes-tambien-van-a-marcharse-emanuel-betances/  




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